De Luis Matos:
Cada año envío una carta de felicitación por su cumpleaños, donde repito estas palabras que hoy, 13 de agosto del 2013, les escribo:
Gracias, Fidel, por haber nacido para vencer y no para ser vencido, y habernos impregnado ese sentimiento que hoy nos permite seguir adelante, a pesar de las dificultades, a pesar del enemigo que nos quiere destruir. Gracias por existir, y por tener a un hermano que hoy nos guía por el camino que usted junto a él trazó, único posible para poder vivir dignamente.
Gracias por haber formado, con su ejemplo, hombres de su talla, como lo son Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René, que no escatimaron sacrificios para evitar que los terroristas siguieran enlutando a nuestras familias, y por ese noble gesto fueron condenados por el Imperio que nos quiere desangrar, como ayer lo hacía la tiranía batistiana que usted, al frente del glorioso ejército Rebelde y todo el pueblo, derrotó.
Alzo mi copa y brindo por usted, nuestro por siempre Comandante en Jefe; brindo por su hermano Raúl, quien timón en mano nos conduce por el camino correcto trazado por usted; brindo por René González, que también cumple años en el día de hoy, ya entre nosotros después de haber cumplido la injusta condena, y por los 4 hermanos que se mantienen en prisión, con la firmeza propia de sus mejores discípulos.
Vayan para usted estos versos, emanados de mi corazón:
Por encima del Turquino:
Surge como soldado fiel
en nuestra historia fecunda,
con visión larga y profunda,
el compañero Fidel.
Se enfrenta a la felonía
de un gobierno, en lucha armada.
Inicia, con el Moncada,
el fin de la tiranía.
Sale más fuerte y osado
de la prisión donde estuvo,
y en México bien sostuvo
su destino ya trazado.
Por el Caribe bravío
busca las costas de Oriente,
con patriotas muy valientes
en singular navío.
Llega a la costa el Granma
con todos sus tripulantes.
Juntos van hacia delante
hermanados por el alma.
No es su Misión un juego
y la muerte, en desafío,
burla en Alegría de Pío
en su bautismo de fuego.
Sigue con pocos, adelante,
rumbo a la Sierra Maestra,
dando con esto muestra
de su talla de gigante.
Allí en la Sierra creció
el ejército rebelde.
Pronto a los llanos desciende.
Pronto al tirano venció.
Pero el imperio vecino
nos atacó como fiera,
haciendo que Fidel creciera
por encima del Turquino.
Luis Matos
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