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EL SILENCIO QUE MATA, LA VOLUNTAD QUE RESISTE
Por: Luis López
Se dice que las prisiones en Estados Unidos están concebidas para doblegar voluntades y destruir valores. La penitenciaría de mediana seguridad de Marianna, no es la excepción.
Sin embargo, allí un ingeniero, profesor universitario, poeta, artista plástico pero sobre todo humano, revolucionario, antiterrorista y héroe, afirma estar libre luego de DIECISÉIS años entre rejas, y proclama convencido que “hay una libertad que nadie puede quitar, esa que uno siente haciendo un bien, es esa libertad que se siente cuando se tiene amor de tanta gente hermosa y valiente, es la simple libertad del hombre inocente condenado injustamente”.
Antonio Guerrero cumple CINCUENTA SÉIS años y en igual fecha nació su segundo hijo, Gabriel, quien llega a los VEINTIDÓS. Solo que una vez más padre e hijo NO lo podrán celebrar juntos.
Recuerda René González, uno de los CINCO, que en el primer cumpleaños de Antonio Guerrero y estando en el Hueco le hicieron un concurso de poesía, y cantaron y rieron… “para que el tiempo no nos aplastara”.
Tony ha creado antídotos contra el odio, la soledad y el silencio. Sus creaciones han sido el arma para la resistencia. Y con poemas y pinturas transforma la noche en día y los convierte en firmeza.
La Patria es su baluarte, la madre su gran adoración y a ella desde su celda le dice que en cada trozo de pintura de pastel con que construye las flores va su pensamiento de amor.
Alimenta la esperanza que convierte en realidad en su verso que hace juramento, donde transforma “la mágica esperanza en augurio del día en que regresarán repartiendo alegría”. El viento de la solidaridad crece y muy pronto el oscuro vació de los años de prisión serán solo cicatrices de la batalla.
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