Acuarelas de Tony Guerrero sobre el amañado juicio de que fueron víctimas en Estados Unidos, Los Cinco Héroes cubanos
1- EL CAMBIO DE SEDE DENEGADO
En la ciudad de Miami las garantías para un juicio imparcial eran nulas.
Antes, durante y después del juicio, nuestros abogados presentaron a la Jueza Lenard un total de 11 mociones tratando de lograr el cambio de la sede a Fort Lauderdale, ciudad ubicada no lejos de la urbe miamense, a solo 40 minutos de viaje por carretera en dirección norte.
La Corte las denegó todas.
El Gobierno, con ello, obtuvo las condiciones que necesitaba para garantizar que no tuviéramos el más mínimo chance de salir absueltos.
2- PREPÁRATE, ¡VAS PARA LA CORTE!
El 27 de noviembre de 2000 comenzó la selección del jurado.
Se había realizado una encuesta por el Dr. Lisandro Pérez, profesor de psicología de la Universidad Internacional de la Florida, cuya conclusión fue: "La posibilidad de seleccionar 12 ciudadanos del Condado Miami Dade que pudieran ser imparciales en un caso de reconocidos agentes del Gobierno cubano es virtualmente cero... incluso si este jurado está compuesto íntegramente por no cubanos".
El 6 de diciembre de 2000, fueron seleccionados los 12 integrantes de aquel jurado, la Jueza Lenard declaró: "El juicio comenzará ahora".
Fueron casi siete meses asistiendo a las audiencias.
Todos los días que íbamos al juicio nos levantaba el oficial de guardia en el dormitorio sobre las 4 AM, exclamando las mismas palabras: PREPÁRATE, ¡VAS PARA LA CORTE! (GET READY, YOU'RE GOING TO COURT!).
Comenzaba así el agotador proceso para llegar hasta la Sala de la Corte y luego ir de vuelta al dormitorio, ya cayendo la noche.
3- LAS CELDAS DE ESPERA
Nos bajaban en grupos de cada unidad de dormitorios hasta el piso 5 del Centro de Detención Federal de Miami y nos iban reuniendo a todos en una celda de espera, donde casi siempre debíamos aguardar cerca de una hora para iniciar el proceso que nos llevaría a otras celdas de espera y finalmente a la Sala de la Corte.
Normalmente, éramos el doble de personas para las cuales estaban diseñados esos cubículos totalmente cerrados.
4- LA REVISIÓN PERSONAL
De aquella primera celda nos sacaban en grupos de 5 o 6 personas a un local donde nos hacían desnudar, nos chequeaban individualmente y nos cambiaban de ropa.
Es uno de los procesos más denigrantes por los que, irremediablemente, teníamos que pasar todos los presos.
De allí nos iban acumulando en otra celda de espera.
5- LAS CADENAS
Ansiosamente, en una congestionada celda, todos estábamos al tanto del ruido de las cadenas. Eso indicaba que habían llegado los Marshalls. Comenzaba el proceso de traslado del Centro de Detención al edificio de la antigua Corte de Miami, en el que recorríamos largos pasillos, cruzábamos un parqueo en el sótano y tomábamos varios elevadores.
Todo eso lo hacíamos esposados de manos y pies.
6- LAS EVIDENCIAS
Amparados por el Acta de Procesamiento de la Información Clasificada (conocida en ingles por las siglas CIPA) y con la condescendencia de la Corte, el Gobierno clasificó como SECRETO las cerca de 20 páginas de documentos obtenidos en los registros de nuestras viviendas antes y después del arresto.
Toda esa documentación fue colocada en un local situado en el sótano de la antigua Corte de Miami. El acceso a esos documentos fue estrictamente limitado. Nuestros abogados se vieron obligados a sacar permisos de seguridad para tener acceso a ese tipo de información. Ellos debían solicitar con tres días de antelación su visita a ese lugar, para así poderse ver con nosotros y revisar aquellos documentos, que no podían bajo ninguna forma extraerse de allí. Fueron muy pocas las veces que logramos, en esas condiciones vernos con nuestros abogados. René le dio el nombre justo a aquel cuartucho: "el segundo hueco". El resultado de todo ello fue que nuestra preparación para el juicio se vio entorpecida significativamente.
Al final, el Gobierno autorizó que se utilizara como EVIDENCIAS menos de un 10 % de aquellos documentos.
Lograba de esa forma su segundo objetivo clave, aparte de lo de la sede en Miami, se restringía a su conveniencia las pruebas de nuestra inocencia y se limitaba significativamente la preparación de nuestros abogados.
Ninguno de los documentos a los que se le puso el cuño de SECRETO era un documento clasificado y ninguno representaba el más mínimo riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos, entre ellos había cartas personales a hijos y hasta recetas de comida.
7- LOS PERIODISTAS PAGADOS
Desde el mismo momento de nuestro arresto, prácticamente todos los medios de prensa escrita, radial y televisiva de Miami se volcaron a desplegar una ininterrumpida campaña de acusaciones contra Cuba y en especial contra nosotros cinco. Todo eso fue creando lo que luego la Corte de Apelación de Atlanta califico como "la tormenta perfecta".
Esa campaña, impulsada por la mafia miamense con sus congresistas cubano-americanos al frente, se supo, a partir del 2006, que era financiada por el Gobierno, el cual suplementaba los salarios de "los autores" de esos artículos con pago de miles de dólares a través de algunas agencias gubernamentales.
Así, nuestros acusadores ya tenían la sede perfecta, la limitación a su favor de las evidencias y además, una campaña que creaba un clima sumamente hostil contra Los Cinco en la misma cuna de las acciones terroristas contra Cuba.
8- EL DIARIO
El 21 de noviembre de 2000, tras René conocer que Olguita sería deportada para Cuba, luego de ella sufrir varios meses de cruel e injusto encarcelamiento, nuestro hermano se propuso escribirle sobre los acontecimientos que iban a ir sucediendo en nuestro juicio, haciéndola con ello partícipe del mismo.
René sacrificó sus pocas horas de descanso en aquellos casi 7 meses de juicio.
El resultado de sus escritos no solo fue la carta más larga de su vida, sino un testimonio de extraordinario valor e importancia.
9- LAS CARICATURAS
Cumpliendo el pedido de la mafia anticubana de Miami, sin pruebas de ningún tipo, manipulando algunos de los mensajes interceptados, luego de ocho meses de haber sido arrestados, se sumó a nuestra acta de acusaciones el cargo de asesinato premeditado en primer grado para Gerardo.
Ni la saña brutal ni el cansancio de las agotadoras jornadas de juicio pudo mellar nuestro humor y nuestro optimismo.
Las caricaturas de Gerardo, nacidas por aquellos días, son una contundente crítica al amañado proceso judicial al que fuimos sometidos. Muchas veces, ellas circularon por la Sala de la Corte y en ellas se reflejaba, fehacientemente, aquel montado "circo romano", donde jamás podíamos obtener un veredicto justo.
10- LOS POEMAS
10- LOS POEMAS
Muchos de los poemas escritos durante los 17 meses en el hueco, así como otros versos que nacieron durante el juicio pasaron por muchas manos en la Sala de la Corte.
La poesía elevó nuestra verdad por encima de la mentira, elevó nuestra dignidad por encima de la bajeza y el odio.
11- NO HAY SECRETOS
Desde los argumentos iniciales, el Gobierno se vio precisado a reconocer que no podría mostrar ni una simple página de algún documento clasificado. No obstante, hizo uso de "la conspiración" para fabricar los cargos de espionaje contra tres de nosotros.
En su último intento por lograr demostrar lo indemostrable, el acto de espiar, causando con ello un daño a la seguridad nacional, trajo a un testigo con una amplia trayectoria en asuntos de inteligencia, James Clapper, quien en aquel entonces era el Director de la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial y hoy día, desde el 9 de agosto de 2010, es el Director Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos.
Después de responder a varias preguntas de la fiscalía, este testigo fue confrontado con el abogado de Gerardo, Paul McKenna, quien le preguntó de manera simple y directa: "En su revisión de todos los documentos de la evidencia, ¿usted vio alguno que dijera que una información secreta, una información de seguridad nacional, fuera transmitida? ¿Usted vio alguna información de este tipo?, la respuesta que obtuvo de James Clapper fue: "No, ninguno que yo pudiera reconocer, no."
12- LA DECISIÓN DEL JURADO
El 9 de junio de 2001, sin una sola duda o pregunta, el jurado nos encontró culpables de todos los cargos.
El 9 de junio de 2001, sin una sola duda o pregunta, el jurado nos encontró culpables de todos los cargos.
La fecha del veredicto y casi la hora exacta se habían anunciado. Todo estaba fríamente calculado.
Recibimos aquel esperado golpe con nuestros pechos llenos de dignidad y de inocencia.
Ese día regresamos tarde de la Corte. Al llegar a la unidad de dormitorio, para nuestra gran sorpresa, fuimos recibidos con fuertes aplausos por la gran mayoría de la población penal con la que habíamos convivido durante esos meses de juicio.
Los canales cloacas de Miami habían dado la noticia del veredicto de culpabilidad contra nosotros. En respuesta, recibimos aquel gesto de respeto, admiración y apoyo, lo que bien pudiéramos llamar fue el primer acto de solidaridad con nuestra causa.
13- HUECO Y SEPARACIÓN
13- HUECO Y SEPARACIÓN
Tras el veredicto de culpabilidad, el Comandante en Jefe Fidel, en Tribuna Abierta, dio a conocer a nuestro pueblo y al mundo la colosal injusticia que se había cometido contra nosotros, en la guarida del terrorismo contra Cuba.
Comenzaron las manifestaciones de respaldo a la batalla por nuestra libertad a lo largo y ancho de nuestra isla y en muchas partes del mundo.
Una vez más, las autoridades carcelarias optaron por tomar arbitrarias y crueles medidas contra nosotros. Nos condujeron a las celdas del hueco, donde nos mantuvieron aislados desde el 26 de junio hasta el 13 de agosto, fecha en que René cumplió sus 45 años.
Al salir de aquel injusto castigo fuimos separados y ubicados en diferentes unidades de dormitorios, cada uno en un piso distinto, para que no tuviéramos el más mínimo contacto.
Con ello se impedía nuestra adecuada reparación para las audiencias de sentencia.
14- LOS ALEGATOS
14- LOS ALEGATOS
Por separado, fuimos preparando nuestros alegatos, discutiendo con nuestros abogados los puntos más importantes que debíamos abordar en las audiencias de sentencias.
El día fijado para sentenciarme lo llevé conmigo y lo coloqué frente a mi cuando comencé a leer mi alegato ante la Corte.
15- LAS SENTENCIAS
15- LAS SENTENCIAS
12 de diciembre, Gerardo dos cadenas perpetuas más 15 años.
13 de diciembre, Ramón cadena perpetua más 18 años.
14 de diciembre, René 15 años de privación de libertad.
18 de diciembre, Fernando 19 años de privación de libertad.
El 27 de diciembre, yo recibí cadena perpetua más 10 años.
Todo lo que se pretendía con aquellas descomunales e injustas sentencias era castigar a Cuba.
No pudieron, sin embargo, impedir que nuestra verdad se escuchara en aquella Sala de la Corte de Miami, la verdad de nuestra patria digna, humana y revolucionaria.
16- CINCO DISTANTES PRISIONES
Se escogieron 5 distantes puntos de la geografía de los Estados Unidos para enviarnos, lo más separados posible, a cumplir nuestras injustas sentencias:
Gerardo a la Penitenciaría de Lompoc, California.
Ramón a la Penitenciaría de Beaumont, Texas.
René a la Prisión de Mediana Seguridad de McKean, Pensilvania.
Fernando a la Prisión de Mediana Seguridad de Oxford, Wisconsin.
Yo a la Penitenciaría de Florence, Colorado.
Esa situación creaba un serio problema para la preparación de nuestra apelación directa al Circuito de Apelaciones de Atlanta, al tiempo que dificultaba enormemente las visitas familiares y consulares.
Pero, nada pudo impedir que os Cinco siguiéramos siendo uno; que Los Cinco recibiéramos mensajes de cientos de amigos de todo el mundo. Nada pudo impedir que junto a nuestro pueblo y nuestros amigos solidarios marcháramos unidos en la larga batalla por la justicia y por nuestra libertad.
Vínculo a NOTA INTRODUCTORIA, DE ANTONIO GUERRERO
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