Por Juan Camino
En el mundo moderno y regulado de las naciones ricas, las noticias de coches-bomba que explotan y arrasan con la vida traen generalmente a la memoria la imagen de un terror que acontece lejano y apartado.
Pero en la mañana del domingo ocho de junio las flores sobre el modesto monumento de la Avenida Massachussets, que en Washington recuerda el asesinato de Orlando Letelier y su asistente estadounidense Ron Moffitt, tenían el signo triste de la muerte cercana.
El ex canciller chileno conducía, con Moffitt en el asiento delantero, cuando una potente bomba colocada bajo el auto lanzó al vehículo por el aire. Fue el 21 de septiembre de 1976 en Washington DC.
Un grupo de activistas y personalidades de más de 20 países, quienes por estos días exigen en la capital norteamericana libertad para los luchadores cubanos contra el terrorismo confinados en Estados Unidos, decidió la víspera recordar la tragedia.
Dos semanas después del ataque con bomba que cegó la vida a Letelier y Moffitt, bombas colocadas en un vuelo de Cubana de Aviación que despegaba de Barbados provocaron la muerte de 73 personas a bordo. Ambas acciones se mantienen entrelazadas; las manos asesinas de Washington eran las mismas de Barbados.
Francisco Letelier, hijo del ex canciller chileno asesinado, evocó el hecho desde el recuerdo de quien a los 11 años pierde a un padre a consecuencia del terror y unió sus palabras al reclamo de libertad para los Cinco.
El abogado residente en Washington José Pertierra propuso que el centro de investigaciones políticas IPS (Institute for Policy Studies), donde trabajaba Orlando Letelier, considere entregar a los Cinco el Premio Letelier-Moffitt por los Derechos Humanos, propuesta que resultó acogida por los participantes.
En el acto de recordación, al que asistieron unos 30 participantes de la Jornada, el trovador chileno Patricio Zamorano cantó canciones de Víctor Jara. Estuvo también presente el Embajador de Chile en Washington, Juan Gabriel Valdés; Miguel Barnet, Presidente de la UNEAC, quien se encuentra aquí participando en la Jornada, y el Jefe de la SICUW, Embajador José R. Cabañas.
Para la tarde del domingo se programó un encuentro de los parlamentarios extranjeros que asisten a la Jornada con la comunidad en Casa Maryland, institución de Washington dedicada a la defensa de causa de los emigrantes centroamericanos.
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