Holguin - Una nieta recuperada con los Cinco
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De Análisis: http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=197077#
Buscarán parecidos con varones nacidos entre 1978 y 1979
Ordenaron una biometría para ser utilizada en la búsqueda del mellizo de Sabrina Gullino
Conoció su verdadera identidad a fines de 2008 |
El Juzgado Federal de Paraná ordenó por primera vez una prueba de biometría (reconocimiento facial) para utilizarla en la búsqueda de un hijo de desaparecidos apropiado durante la última dictadura. La prueba se utiliza en la investigación del paradero del hermano mellizo de Sabrina Gullino Valenzuela Negro; ambos nacieron en el Hospital Militar de la capital entrerriana entre fines de febrero y principios de marzo de 1978. En base a esa prueba, buscan parecidos entre los rasgos de la joven y de varones nacidos entre 1978 y 1979, en las bases del Registro Nacional de las Personas (Renaper), de la Policía Federal y de Migraciones. “Es una nueva forma de búsqueda; los resultados pueden arrojar parecidos en un 50 por ciento”, dijo Santiago Bereciartua, uno de los abogados que acompaña la investigación. Sabrina y su hermano mellizo, luego de nacer en el Hospital Militar, permanecieron internados en el Instituto Privado de Pediatría de calle España 312 de la capital entrerriana. Desde allí ambos fueron dados de alta el 27 de marzo de 1978, según figura en los libros de la clínica, da cuenta Infojus Noticias.
Ese mismo día la niña fue abandonada en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario y entregada en adopción legal a la familia Gullino. A fines de 2008 conoció su verdadera identidad y supo que era hija de los militantes montoneros desaparecidos Edgar Tulio Valenzuela y Raquel Negro. Del mellizo varón no se conoce todavía cuál fue su destino.
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De Abuelas: http://www.abuelas.org.ar/comunicados/prensa2012/pre140113_1134-1.htm
En el camino de Abuelas
Sabrina Valenzuela: cómo encontrar a un hermano y buscar a otros
La hija de Raquel Negro y Edgardo "Tucho" Valenzuela vivió durante 30 años sin saber que era hija de desaparecidos y tenía tres hermanos. A uno de ellos, su mellizo, todavía lo busca. Las nuevas técnicas y herramientas.Por: Milva Benitez y Cecilia Devanna
Cuando Sabrina nació lloraba mucho. Sólo se calmaba si las enfermeras ponían a su hermano mellizo a su lado, en la misma cuna. Los bebés nacieron en el Hospital Militar de Paraná. Su madre, Raquel Negro, habían sido trasladada a parir allí desde la Quinta de Funes, el centro clandestino en las afueras de Rosario donde estuvo secuestrada junto con su compañero, Edgardo Tulio “Tucho” Valenzuela, padre de los chicos y jefe de la columna rosarina de Montoneros.
Los padres de Sabrina protagonizaron una historia audaz que se conoció en 1984 con el relato de Miguel Bonasso en Recuerdo de la Muerte. Pero Sabrina recién se enteraría del pacto que hicieron sus padres mucho tiempo después. Durante 30 años vivió sin saber que era hija de desaparecidos y que tenía un hermano mellizo, al que todavía busca.
A Tulio y a Raquel los secuestraron en Mar del Plata el 2 de enero de 1978. Estaban junto al hijo menor de ella, Sebastián (de su relación con Marcelino Alvarez, también militante). Desde ahí los trasladaron a Funes. En ese centro Tucho simuló aceptar un acuerdo con los militares para lograr la libertad de Raquel, que estaba embarazada, y de su pequeño hijo, El plan: él viajaría a México, donde residía la cúpula de Montoneros, y entregaría a los jefes de la agrupación. Pero una vez que pisó el DF, Valenzuela fue hasta la casa de la organización y les reveló: había viajado con un grupo de Inteligencia, bajo la órbita del entonces general Leopoldo Galtieri, con la misión de secuestrar y/o asesinar a los líderes de la organización. Entre ellos, Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja.
Los jefes de la “orga” en México decidieron dar una conferencia de prensa, donde Tucho contó cómo habían planificado la operación y que estaba muy preocupado por su mujer Raquel, que había quedado de rehén en la Quinta de Funes junto a su pequeño hijo y embarazada de seis meses. Descubierta la maniobra, Tucho se quedó en México y siguió en Montoneros, aunque la cúpula lo enjuició y lo degradó en su cargo. Volvió a Argentina entre fines de 1978 y principios de 1979, en la contraofensiva. Volvió a ser secuestrado y desde entonces permanece desaparecido.
Raquel, cuyo nombre de guerra era María, tenía planeado fugarse cuando la llevaran a parir. Tras conocerse la operación de Tucho, que ella había alentado, supo que iban a matarla. Después de la conferencia en México, la quinta fue evacuada y Raquel, junto a los otros detenidos, trasladada primero a La Intermedia, propiedad de un represor, y después al Hospital Militar de Paraná para dar a luz. Entre el 27 de febrero y el 3 de marzo nacieron sus mellizos: una nena y un varón. Raquel y el bebé están desaparecidos.
Treinta años después
El viernes 21 de noviembre de 2008 Iván Fina, responsable de la filial de Abuelas de Plaza de Mayo en Rosario, atendió el llamado de Sabrina. Ella siempre había sabido que era adoptada pero quería saber si sus padres biológicos eran desaparecidos. Iván conocía algo de la historia de Sabrina. Tenían amigos en común entre los militantes por los derechos humanos en Rosario. Ella todavía no sabía que en el futuro ambos compartirían la búsqueda de sus hermanos desaparecidos. Iván quiere saber qué pasó después de que las patotas mataron a su padre, Víctor Hugo Fina, y secuestraron a su madre, Isabel Carlucci, embarazada de seis meses, en agosto de 1976. En la filial de Abuelas Rosario habían pensado que era la persona indicada para acercarse a Sabrina a partir de algunos datos; pero ella se adelantó y llamó.
Dos días después de esa conversación telefónica, otra pieza del rompecabezas encajó. El domingo un notificador judicial tocó timbre en la casa de Ramallo, donde vivían los padres adoptivos de Sabrina. Llevaban una citación para que ella –que ese día estaba de visita- se presentara en los juzgados federales en Paraná. “Escribí en Google el número de expediente y el nombre de la causa”, recuerda Sabrina. Así supo que la investigación se había iniciado tres años antes, en 2005, a partir de la denuncia del coordinador del Registro Único de la Verdad de Paraná, Guillermo "Mencho" Germano. Y así se topó con el nombre de Raquel Negro, la madre de dos bebés. A uno de ellos lo habían abandonado “en el Hogar del Huérfano en Rosario”. Ese abandono fue el único dato que Susana y Raúl, le habían omitido sobre su adopción. “Creyeron que ya era muy duro que fuera adoptada como para que encima supiera que me habían dejado”. Cuando su madre adoptiva vio la foto de Raquel en el expediente, levantó la vista y le dijo “sos igualita a tu mamá”. “Me pareció de un amor muy profundo, sin celos ni competencia. Ellos (sus padres adoptivos) siempre me acompañaron y ayudaron”, explica Sabrina, integrante de H.I.J.O.S Rosario. “En menos de dos días se cruzó todo”, contó Sabrina a Infojus Noticias al recordar la restitución de su identidad. En esos días supo que su hermano mayor, Sebastián, criado por sus abuelos maternos, siempre la había buscado.
El 23 de diciembre de 2008 la prueba de ADN le confirmó que era hija de “Tucho” Valenzuela y Raquel Negro. Sabrina festejó su primer cumpleaños con toda su familia a los 31, en 2009. La celebración duró dos días en Rosario, donde se había mudado para estudiar a los 18. Estaban todos: los Gullino de Ramallo, los Valenzuela de Córdoba y San Juan, y los Negro de Santa Fe. Fue también su primer aniversario como Sabrina Gullino Valenzuela Negro.
Hermanos encontrados y por encontrarse
En diciembre de 2009 Sabrina se encontró con otro hermano: Matías Espinosa Valenzuela, el nieto restituido número cien, hijo de Tulio (con Norma Espinosa). Sabrina, Matías y Sebastián continúan la búsqueda del “melli”.
Durante años Eduardo Rodolfo Costanzo, un ex agente civil de Inteligencia que participó de la patota que secuestró a los padres de Sabrina, dijo que su mellizo había fallecido. Pero en 2011, las enfermeras del Hospital Militar de Paraná y del Instituto Privado de Pediatría -donde los bebés estuvieron después- declararon ante el Tribunal Oral Federal de Paraná. Contaron que la nena era “más gordita” y el nene “más chiquito”. Tenía una afección respiratoria, pero ambos estaban con vida. Al instituto privado la beba ingresó el 4 de marzo de 1978 como “Soledad López”. El hermanito llegó seis días después, “NN López”, y las enfermeras lo llamaron Facundo. Alguna de ellas escuchó que los habían dado en adopción. En el juicio contaron que “las esposas de los dueños del instituto los iban a ver. Todos decían que eran los bebés de ‛la subversiva′”. Las planillas dicen que el 27 de marzo de 1978 fueron dados de alta. Al otro día Sabrina fue abandonada en la puerta del Hogar del Huérfano.
Durante el juicio, Costanzo reiteró que los encargados de ese procedimiento fueron los imputados Juan Amelong y Walter Pagano. Amelong, Pagano, Pascual Guerrieri -señalado como el “verdadero” jefe del Destacamento de Inteligencia que operaba en la zona (que en esa época encabezaba Alcides Juvenal Pozzi)- y Jorge Alberto Fariña, jefe de Operaciones Especiales, fueron condenados a cumplir entre 11 y 14 años de cárcel por la sustracción de Sabrina. El ex jefe de terapia intensiva del hospital, Juan Antonio Zaccaría, a 5 años. El 20 de noviembre la sentencia fue parcialmente confirmada por los jueces de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal que atendieron, la solicitud de la fiscalía y las querellas, y ordenaron que el tribunal de juicio revise los montos de las penas. Pueden ascender hasta 15 años, ya que esos delitos continúan cometiéndose hasta la restitución de la identidad.
Ese mes el juzgado federal de Paraná que investiga la sustracción del mellizo, ordenó por primera vez una prueba de biometría (reconocimiento facial). Buscarán parecidos entre los rasgos de Sabrina y de varones nacidos entre 1978 y 1979, en las bases del Registro Nacional de las Personas (RENAPER), de la Policía Federal y de Migraciones. “Es una nueva forma de búsqueda; los resultados pueden arrojar parecidos en un 50%”, dijo a Infojus Noticias Santiago Bereciartua, uno de los abogados que acompaña la búsqueda.
Buscando nuevas formas de encontrar
La búsqueda de Sabrina, Sebastián y Matías es parecida a la de una veintena de adultos que siguen el camino marcado por las Abuelas. Esperan el momento de abrazar a sus hermanos, secuestrados junto a sus padres o nacidos en cautiverio. “Hace 36 años empezamos de foja cero. Desde entonces buscamos nueva formas para encontrar a nuestros nietos. Los hermanos también”, dice la vicepresidenta de Abuelas, Rosa Roisinblit. De la mano de ilustradores, dibujantes y guionistas, algunas de estas búsquedas tomaron forma de historietas y pueden verse en la web de Abuelas.
http://www.abuelas.org.ar/
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