Publicado el 4 septiembre, 2014 • 14:47
por Raiza Arango
Fotos: José Ramón Robleda
Trabajadores del
Copacabana recordaron la muerte de Fabio Di Celmo, joven italiano asesinado
precisamente un día como hoy 4 de septiembre, hace 17 años, en un atentado
terrorista, perpetrado en el lobby del hotel habanero en 1997. El encuentro
contó con la presencia de Giustino Di Celmo, padre de Fabio; Marco Papachi,
vicepresidente de la Asociación de Amistad Italia-Cuba; Fernando González,
vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los pueblos (Icap) y Héroe
de la República de Cuba, así como familiares de los Cinco Héroes, y de otras víctimas
del terrorismo.
Un momento íntimo y especial para Giustino fue cuando se rindió un minuto de silencio ante la tarja que señala el lugar donde su hijo cayó mortalmente herido. Haymel Espinosa, presidenta de la Asociación de Familiares Víctimas del Terrorismo, expresó que la organización continuará la lucha contra los sabotajes que pretenden realizar a nuestro país, y que la muerte de Fabio Di Celmo ya forma parte de la historia de Cuba.
En 1997 detonaron explosivos en dos empresas turísticas cubanas en México y Nassau, y estallaron otras bombas en varios hoteles de La Habana y Varadero, a la vez que fracasaba el complot de asesinato contra Fidel Castro en la Cumbre Iberoamericana de Isla Margarita, en Venezuela.
Un momento íntimo y especial para Giustino fue cuando se rindió un minuto de silencio ante la tarja que señala el lugar donde su hijo cayó mortalmente herido. Haymel Espinosa, presidenta de la Asociación de Familiares Víctimas del Terrorismo, expresó que la organización continuará la lucha contra los sabotajes que pretenden realizar a nuestro país, y que la muerte de Fabio Di Celmo ya forma parte de la historia de Cuba.
En 1997 detonaron explosivos en dos empresas turísticas cubanas en México y Nassau, y estallaron otras bombas en varios hoteles de La Habana y Varadero, a la vez que fracasaba el complot de asesinato contra Fidel Castro en la Cumbre Iberoamericana de Isla Margarita, en Venezuela.
La campaña de terror organizada y financiada por la CIA de Estados
Unidos contra los hoteles de La Habana en 1997, tronchó los 32 años ilusionados
del joven Fabio y le arrancó el hijo menor a Giustino, quien por eso decidió no
irse nunca de Cuba y morir aquí. En el vestíbulo-bar del hotel, una esquirla
de metal del cenicero donde se colocó la bomba se le incrustó en la parte
izquierda del cuello a Fabio, y le cercenó una vértebra cervical y la arteria
carótida.
La bomba fue colocada por el mercenario salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, quien en el juicio de marzo de 1999 confesó que Francisco Chávez Abarca, El Panzón, lo contrató cuando trabajaba en una agencia de alquiler de autos en San Salvador.
La bomba fue colocada por el mercenario salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, quien en el juicio de marzo de 1999 confesó que Francisco Chávez Abarca, El Panzón, lo contrató cuando trabajaba en una agencia de alquiler de autos en San Salvador.
El Panzón fue la mano derecha en aquella campaña tenebrosa de Luis Posada Carriles, el terrorista más conocido del continente, convertido en héroe en Miami. ‘’Ese italiano estaba en un lugar y en un momento equivocado, pero yo duermo como un bebé’’, declaró el asesino que hoy anda libre por las calles de Estados Unidos, protegido por el Gobierno de ese país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario