Por Geraldine Colotti
Después de un proceso legal largo y polémico, el caso de los agentes cubanos presos en los EE.UU. podría ser reabierto: "Ayúdanos", dicen los miembros de la familia. Pero mucho depende de Obama…
"Los jóvenes son el futuro, deben tomar en serio la libertad." Con el entusiasmo de sus 24 años y con la ayuda de una educación política sólida, Ailí Labañino Cardoso habla a una clase llena de niños y niñas: cuarto y quinto grado del Liceo Morgagni, que vinieron a escuchar a la hija de Ramón, uno de los 5 agentes cubanos presos en cárceles de Estados Unidos desde hace 14 años, condenados a cadena perpetua o pesadas penas.
Después de un largo y controvertido proceso legal, ahora el caso podría ser reabierto si es exitosa la apelación de la defensa en relación a las graves irregularidades cometidas durante el juicio: en esencia "el pago directo por las agencias gubernamentales de Estados Unidos, de cifras estratosféricas a "periodistas a Miami para que difamaran a los Cinco y crearan un clima negativo entre la población y el jurado". En un país que, sobre el papel, hace alarde del mito de la libertad de prensa, no es una prueba de poco.
Ninguna ley, sin embargo, impone límites de tiempo a la eventual decisión del tribunal. Por esta razón - dice la hija de Labañino - "todo está en manos del presidente Barack Obama. Si es reelegido, tendrá otros 4 años para enviar a casa a nuestros cinco compañeros, tratando de remediar la injusticia que ni Clinton ni Bush han querido sanar. De lo contrario, todavía tendría hasta el 20 de enero para entregar un gesto que el pueblo norteamericano apoyaría, si realmente sólo conocieran los hechos. La gran prensa, sin embargo, ha cerrado sus puertas, en los Estados Unidos y Europa. Las noticias se filtran sólo gracias a las redes sociales y los medios alternativos”. Al punto que artistas, escritores, premios Nobel, han debido comprar una página del New York Times para dar a conocer el caso. Por esta razón - añade - "He venido a pedirles ayuda: escriban al presidente Obama y su esposa Michelle, háganle conocer esta historia a los jóvenes europeos y estadounidenses. En Cuba como en el resto del mundo, nosotros, los jóvenes somos el futuro, debemos tener en el corazón la libertad".
Ailí fue invitada por la Asociación Nacional de Amistad Italia Cuba para una gira de conferencias en siete regiones italianas donde se reunió sobre todo con jóvenes y recibió el cálido apoyo de una amplia gama de fuerzas y factores. Explicó las implicaciones políticas y los costos humanos de esta historia que ha marcado su joven vida: la dificultad de crecer sin un padre, los mil contratiempos y el sentimiento de acoso al verlo en una prisión de máxima seguridad en los EE.UU., una o dos veces al año, sin certeza alguna.
En Morgagni, los estudiantes de secundaria escuchaban con lágrimas en los ojos. "Los EE.UU. - dice la chica - concede un visado de sólo 30 días y no es fácil lograrlo. Sólo puedo visitar a mi padre, y no a los otros cuatro compañeros. No siendo considerados presos políticos, están bajo el régimen de alta seguridad de detenidos peligrosos: contrabandistas, asesinos, violadores. Un régimen duro: cámaras, controles, guardias por doquier, sólo podemos abrazarnos al principio y al final de la entrevista. Cuando estallan disturbios en la prisión, a pesar de que los nuestros no estén involucrados, son puestos de castigo: la comida fría, duchas limitadas, suspensión de las visitas. Así, en 2008, a pesar de que fui cada día a la puerta de la cárcel, no pude ver a mi padre. El mes transcurrió y tuve que regresar a Cuba. Y empecé los trámites para la próxima visita".
Una historia de derechos negados, dijeron con diferentes acentos Marco Papacci, de la Secretaría Nacional Italia-Cuba y la abogada Tecla Faranda, de Juristas Demócratas, llegada a propósito a Milán. Una historia por la que se movilizaron redes sociales y medios alternativos - dijo el día antes Franco Forconi, explicando a los jóvenes comunistas de Refundación y de Comunistas italianos la Campaña del Comité italiano Justicia para los Cinco. Como otros 300, surgidos en los últimos años en más de 190 países, el Comité se propone informar, amplificando las voces autorizadas - intelectuales, artistas, políticos y ganadores del Premio Nobel - que apoyan esta causa, y tratan de romper "el muro de silencio y mentiras erigido por los principales medios de comunicación, organizando iniciativas los días 5 de cada mes".
El caso de Los Cinco es de hecho una maraña legal difícil de desentrañar, pero es sobre todo un juego político y simbólico entre la pequeña isla y la superpotencia norteamericana, que no le perdona haber elegido su propio camino. Una cosa que nos preocupa - dijo Simone Oggionni, portavoz de las Juventudes Comunistas en el público atento de la sala Libertini -: porque, mientras en Italia la gente sigue muriendo de trabajo, en América del Sur se va configurando una alternativa. Porque "mientras que los estadounidenses aumentan las exportaciones de armas al resto del mundo, Cuba exporta médicos y cultura."Porque ese ejemplo revolucionario, hijo del gran novecientos ", interroga a un pacifismo cobarde que desconoce el derecho de los pueblos a la propia auto determinación, que allana el camino para la agresión imperialista y priva al conflicto de sus fuertes referencias".
Ailí Labañino explica a los niños el contexto histórico en el que se hicieron necesarias acciones de inteligencia por parte de Cuba: "Los EE.UU. - dice - nunca han digerido nuestra independencia y por esto han continuado financiando los ataques de los grupos anticubanos radicados en Miami. Después del colapso de la Unión Soviética y el campo socialista, han intensificado sus esfuerzos, con la esperanza de que nuestro socialismo también pudiese caer. El terrorismo ha provocado en nuestro país 3.478 víctimas, 2.099 heridos, daños por 54 millones de dólares. Cuba tiene derecho a defenderse: no con la guerra, que nunca hemos declarado a nadie, pero sí con inteligencia".
Para aclarar sus palabras, cita el ejemplo lo que ocurrió en el cielo a los de la isla, el 6 de octubre de 1976. Entonces, una bomba hizo explotar en pleno vuelo el avión que traía a casa al equipo de esgrima cubano, al regresar de un encuentro victorioso en Venezuela. 73 personas murieron: "Más aún -precisa Ailí Labañino- 74, porque una de las chicas estaba embarazada. Y no había sólo los cubanos en el avión. "Las personas que estaban "en el lugar equivocado en el momento equivocado”, según Posada Carriles, responsable de ese hecho y de 11 otros ataques contra Cuba, todos reivindicados impunemente desde Miami, donde vive libre".
Entre el '94 y el '97, aumentaron los ataques contra Cuba, especialmente en el sector turístico. El 4 de septiembre del 97, una bomba en el lobby del Hotel Copacabana mató a un joven hombre de negocios italiano, Fabio Di Celmo. En ese contexto de escalada se desarrollan las actividades de los agentes cubanos. "Durante la presidencia de Clinton - dijo Ailí - mi padre y los otros cuatro compañeros que se habían infiltrado en los grupos anticubanos de Miami, conocieron de sangrientos planes, dirigidos no solamente contra nuestro país, sino también contra el entonces Jefe de Estado de los Estados Unidos. A través del escritor Gabriel García Márquez, el presidente Fidel Castro hizo llegar la información a Clinton. Una delegación del FBI viene por ello a La Habana, manifestando su voluntad de adoptar medidas preventivas comunes. En cambio, el 12 de septiembre del '98 fueron arrestados mi padre y sus compañeros. "
Ramón Labañino, René y Fernando González, Gerardo Hernández son arrestados por el FBI en el sur de Florida y mantenidos en confinamiento solitario en varias prisiones de máxima seguridad durante 17 días antes de que su caso llegue al tribunal de Miami. Las acusaciones son fuertes: espionaje, conspiración u asociación para delinquir, además de otros cargos menores. "René - Ailí dijo - tenía doble nacionalidad y familia en América [del Norte]. Lo presionaron para que se rindiera, amenazándolo con arrestar a su esposa. Querían que firmara una confesión, pero en lugar de una firma hizo un gesto elocuente: sacó su dedo medio. Y cuando llegó su mujer con las manos esposadas y los uniformes de color naranja de los presos, dijo: "Mira cómo el naranja te queda bien". Después de tres meses de prisión, su esposa fue deportada a Cuba. Según la ley, después de cinco años habría tenido derecho a una visa, pero nada. En ese momento, su hija menor tenía 4 meses, tuvo que esperar siete años que los psicólogos dieron permiso para ver a su padre, acompañada por su hermana".
Siete meses después del inicio del proceso, se añade otra acusación contra Gerardo Hernández: por la muerte de cuatro anticastristas, pertenecientes a la organización Hermanos al Rescate, abatidos mientras estaban violando el espacio aéreo cubano a bordo de dos pequeñas aeronaves. [Según ellos] Hernández habría advertido de su llegada a La Habana el 24 de febrero del '96.
"Para Cuba, como para todos los demás países se aplican las normas internacionales - dice Tecla Faranda - la defensa ha presentado grabaciones del incidente, las risas de los pilotos, sin tener en cuenta los repetidos llamados invitándolos a detenerse". La abogada resume los pasos en el largo proceso viciado de origen y en un entorno hostil: "En el fondo - dice- había una habitación llena de tarjetas: más de 119 volúmenes de testimonios y 20.000 páginas de pruebas y documentos. Los documentos, incluyendo el testimonio de tres generales retirados del ejército, un almirante y ex asesor de Clinton en asuntos cubanos y altos directivos. Sus historias han puesto de manifiesto la inocencia de los acusados, pero el tribunal los declaró culpables de todos los cargos. Durante la duración de las audiencias, hubo un clima de intimidación, la fuerte presión de los medios de comunicación locales, quienes persiguieron a los jurados con cámaras para capturar los números de las placas de sus automóviles y exponerlos a la amenaza de los anticastristas, que se manifestaban frente a la corte". Resultado: cinco penas de cadena perpetua a tres de los cinco agentes y otras larguísimas penas.
Después de la condena, los Cinco fueron encerrados en otras tantas prisiones de máxima seguridad, muy separados unos de otros. "Mi hermana -cuenta Ailí ahora - ha cumplido seis años durante un encuentro con mi padre. En la cárcel, no se puede entrar nada, solo el dinero para comprar alimentos en su interior, pagando cinco veces más caro que lo que cuesta fuera. Así que compramos una pequeña torta para celebrar y ella preguntó, "¿dónde está la piñata?" pretendiendo celebrar con tantos dones como lo hacemos en Cuba Mi padre trató de consolarla, prometiendo que el próximo año estaría con nosotros, pero todavía estamos esperando. Para mi fiesta de 15 años - una fecha importante para las niñas en Cuba - él no estaba; cuando me gradué sólo pudo enviarme una nota. Cuando lo visito me dice: "No pienses en las cámaras, haz como si estuviéramos en el salón de nuestra casa. Salúdame con una sonrisa, quiero recordarte así el próximo año aquí adentro".
En el Tribunal de Apelación, que duró otros 27 meses, el 9 de agosto de 2005 la Corte de Apelaciones de Atlanta anuló la sentencia en primera instancia, reconociendo que el contexto de Miami no garantizó un juicio justo. "El gobierno, sin embargo, con una actitud inusual, insistió en que la decisión debe ser revisada por el Pleno del Tribunal de Justicia en un proceso llamado" en banc", explica la abogada Faranda. Un año más tarde, el 9 de agosto de 2006, a pesar de la explícita inconformidad de dos de los doce jueces de la Corte, fueron revocadas por una decisión de la mayoría y el balón de nuevo retorna a los tres jueces, quienes deben deliberar ya no sobre la legitimidad de la corte de Miami, pero de otros puntos de la apelación.
Mientras tanto, sucede un hecho relevante. El 27 de mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, después de haber examinado los documentos proporcionados tanto por el gobierno de los EE.UU. como por las familias de los detenidos, invita a los Estados Unidos para liberar a los Cinco, creyendo que su detención arbitraria, que dura a partir de 7 años, es una violación del artículo 14 del Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, del que los EE.UU. es signatario. "Bajo la ley de EE.UU. - dice ahora Faranda - Los Cinco deben ir libre hasta la sentencia definitiva. Eso, sin embargo, fue un fallo histórico, el único emitido por el Grupo de Trabajo sobre un caso juzgado por los Estados Unidos, una decisión, sin embargo, que permaneció inédito". La Corte del Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta, la audiencia pública de 20 de agosto de 2007, muestra la inconsistencia evidente de las pruebas. Sin embargo, el 4 de junio de 2008 se volvieron a confirmar las penas. En la sentencia, sin embargo, se insta al Tribunal de Primera Instancia a reconsiderar algunas de las condenas infligidas.
Phyllis Kravitch, uno de los jueces, no estaba de acuerdo con el fallo, y ello lo motiva en más de 14 páginas, en el que también demuestra lo infundado de las acusaciones que atribuyen el derribo de las avionetas anticastristas a Hernández. René González, en cambio, hace un año está en libertad condicional en Miami: "Sus abogados - Ailí dijo - han preguntado si podría estar en otro lugar, pero la jueza Lenard dijo que no. Y para René vivir en Miami es aún más peligroso que quedarse en la cárcel: todos los días recibe amenazas públicas de parte de grupos anticubanos. Este año, antes de que su hermano muriera, se le permitió venir a Cuba durante 15 días, con la prohibición total de hablar con la prensa y conocer a otras personas que no fueran miembros de la familia. Tuve la oportunidad de verlo durante unos minutos. Traté de no llorar. No es tiempo para las lágrimas, pensé, pero sí de palabras fuertes y generosos, aquellas que nos enseñó el Che ".
Trad. RCBáez
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