Vuelan Cintas amarillas
hacia un sol que las espera
Vuelan vuelan
son palomas ruiseñores
papalotes y quimeras.
Vuelan Cintas amarillas
por el cielo sin fronteras
digno mensaje de paz
rechazo a las crueles guerras.
¡Basta ya de tanta injuria
de tanta sangre y vileza!
Hay que hacer que vuelvan pronto
nuestros hermanos de ideas.
Cuando un Mundo se levanta
no hay Imperio que detenga
¡El Grito de la Esperanza!
Poetisa, escritora y promotora cultural
48 Aniversario de la Cujae, Una obra de la Revolución Cubana | 2 de diciembre de 1964 | http://cujae.edu.cu
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Comienza en toda Cuba jornada de solidaridad con Los Cinco.
Nuevas acciones para exigir la excarcelación de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González se desarrollarán desde hoy, y hasta el seis de octubre, en toda Cuba. Nuevas acciones para exigir la excarcelación de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González se desarrollarán desde hoy, y hasta el seis de octubre, en toda Cuba al calor de la jornada nacional de solidaridad con esos patriotas. Creemos que lo más importante es que cada uno de ustedes se una a esas iniciativas, a su manera, de la forma en que considere que puede hacerlo, dijo a sus compatriotas, en una alocución televisada el pasado martes, René González, el primero de estos héroes antiterroristas en consumar la pena impuesta. El 12 de septiembre se cumplirán tres lustros del arresto en Miami de Los Cinco, como se les conoce mundialmente, atropello que será denunciado durante la jornada, de diversas formas, que incluyen cartas y dibujos infantiles, banderas, pancartas, mensajes, canciones y muchas más en todas las provincias cubanas. Gerardo, Antonio, Ramón y Fernando permanecen en cárceles estadounidenses cumpliendo crueles e injustas sanciones, alejados e imposibilitados de estar con sus esposas, madres e hijos, y demás familiares. René pidió a su pueblo que el 12 de septiembre llene el país de cintas amarillas, para que el mundo y en especial los ciudadanos norteamericanos sepan que Cuba espera por el retorno de cuatro de sus hijos. Se trata de un símbolo que ha entrado en la cultura estadounidense, y que se inició durante la Guerra Civil inglesa cuando las esposas de los combatientes los esperaban con cintas amarillas, precisó. De tal forma, la nación lucirá ese simbólico atributo como una compañera que no solo espera, sino que también demanda al Presidente Barack Obama poner fin a la injusticia y Los Cinco regresen ya a casa. El día 12 el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) efectuará en La Habana el Encuentro Internacional por la Liberación de Los Cinco. 15 años, ¡Basta! La convocatoria resalta que millones de estadounidenses permanecen ajenos a esta verdad, y se hace urgente llegar a la opinión pública por todas las vías para que exijan al mandatario norteamericano que use sus prerrogativas, y libere a Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando.
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Por Manuel E. Yepe*/Foto Virgilio Ponce - Martianos-Hermes-Cubainformaci ón.- René González es uno de los 5 héroes antiterroristas luchadores por la paz sentenciados hace 15 años el 12 de septiembre, a infames condenas en EE.UU., acusados de infiltrar las bandas de extremistas cubanos auspiciados por la CIA y otras organizaciones dedicadas a promover la subversión en Cuba desde el sur del estado de la Florida.
Él ha sido el único que ha cumplido su injusta sanción y, luego de una complementaria reclusión domiciliaria en territorio de Estados Unidos, le ha sido permitido regresar definitivamente a su patria. No obstante, todos han decidido mantenerse firmemente identificados como “los Cinco” hasta tanto, juntos todos, disfruten de libertad en Cuba y celebren el cumplimiento del deber patriótico y humanitario.
Desde Cuba, René González ha convocado a sus compatriotas a una jornada masiva de recordación por el aniversario, en la que los participantes porten cintas amarillas o las coloquen en árboles y otros lugares visibles con motivo del decimoquinto aniversario de su injusto encierro.
Retoma así la letra de la canción “Tie a Yellow Ribbon Round the Old Oak Tree (Ata una cinta amarilla en el viejo roble)” de Irwin Levine y L. Russell Brown e interpretada por Tony Orlando, que ocupó en 1973 los primeros lugares en la preferencia popular. En la canción, un ex recluso le comunica a su novia que, si desea reanudar relaciones con él, coloque una cinta amarilla en determinado árbol frente a su casa. Al paso por el sitio acordado, el ex reo descubre que cien cintas amarillos habían sido atadas en el árbol.
El mensaje sencillo y directo de René tiene un significado común para los pueblos de las dos orillas del Estrecho de la Florida: “dejen a los cinco cubanos volver a casa porque unos y otros los queremos de vuelta con los suyos”.
Menos de 12 horas después de que René lanzara esta idea ya los cubanos de toda la isla buscaban no solo cintas amarillas sino todo lo que tuviera este color para adornar a toda Cuba con este color. Un amarillo que, además, es para la Santería el color de Ochún, deidad que, a su vez, es para los católicos la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de los cubanos y parte de la identidad nacional cubana cuyo día se celebra el 8 de septiembre.
Esta será una manera nueva de expresar algo que se ha manifestado en las interrelaciones entre cubanos y estadounidenses por infinidad de años: por difíciles que sean las circunstancias no puede haber animosidad entre los dos pueblos. Son relaciones amistosas en los niveles más cotidianos que se muestran en cosas como la afición por el beisbol, las recíprocas influencias en la música popular y en muchos otros aspectos de la vida cotidiana en ambos lados del Estrecho de la Florida.
El heroísmo de los cinco antiterroristas cubanos sirvió para que las autoridades políticas y policiales estadounidenses contaran con evidencias irrebatibles acerca de las acciones criminales que se urdían en el sur de la Florida. Pero, por el control del ambiente policial y político que tienen en el estado de la Florida las organizaciones de extremistas anticubanos protegidas por la CIA, sucedió que, en vez de ser arrestados los asesinos, lo fueran los luchadores por la paz denunciantes.
Luego vino una tortuosa manipulación de los procesos judiciales que condujo a absurdas condenas de hasta tres cadenas perpetuas sin que se hubiera probado en todo el proceso judicial un solo muerto, herido o hecho de violencia imputable a los acusados.
A ninguno de los pacifistas cubanos se le pudo probar siquiera el delito de espionaje, por cuanto se evidenció en los juicios que ellos no habían buscado ni obtenido ninguna información que pusiera en peligro la seguridad de Estados Unidos sino información relacionada con los preparativos terroristas de las organizaciones extremistas de emigrados cubanos.
Como no podían ser acusados de algo suficientemente grave para cumplir los objetivos políticos que se proponía la fiscalía, los cargos más importantes formulados contra ellos se limitaron a la acusación de “conspiración para cometer delito” para lo que no se requerían evidencias concretas que jamás existieron.
Para evitar la reacción de la población estadounidense contra tan escandaloso fraude legal, se aplicó en los mayores consorcios de la información una rígida política de censura a la divulgación de los actos judiciales y las condenas impuestas, que es precisamente el silencio que pretende contribuir a quebrar la jornada de las cintas amarillas a la que ha llamado René González.
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