Por Gloria Analco*
¿Se encaminan Cuba y Estados Unidos hacia una reconciliación histórica de unas relaciones que se rompieron con el triunfo revolucionario de Fidel Castro?
La imagen de Barack Obama saludando a Raúl Castro le dio la vuelta al mundo y tuvo muchas interpretaciones, pero la más comentada fue que ese gesto de Obama podría significar el inicio de una sustancial mejoría en las relaciones de ambos países. A Obama se le vio ceremonioso y hasta obsequioso al estrechar la mano de Castro, y de un conjunto de mandatarios fue el primero a quien se dirigió a saludar, señal inequívoca de que otra va a ser la política que su gobierno aplicará en el futuro hacia Cuba.
Prueba de ello es que Obama dijo, el pasado 8 de noviembre, que Estados Unidos debería actualizar sus políticas hacia Cuba, y agregó que su gobierno ya había comenzado a ver cambios en la isla. Esas declaraciones las hizo en Miami, epicentro del exilio cubano, como para darles una explicación anticipada de previsibles cambios, luego de recordarles que él nació casi al mismo tiempo que Fidel Castro llegó al poder, y que no tenía sentido que las políticas de Estados Unidos desde hace más de 50 años siguieran siendo eficaces en la era del Internet.
En ese contexto, el saludo de mano al dirigente cubano parecer ser preludio de venideros y efectivos cambios de la política estadounidense hacia Cuba. Desde el triunfo revolucionario, nunca antes se habían estrechado la mano en público los mandatarios de ambos países. Sólo ocurrió una vez, pero no hubo imagen de ese suceso. Fue en octubre de 1995, cuando despertó gran expectación la presencia de Fidel Castro y Bill Clinton en la celebración de los 50 años de la Organización de las Naciones Unidas, manteniendo la atención del auditorio las posibles señales que pudieran enviarse ambos mandatarios. El encuentro superó las expectativas, pues ambos presidentes se estrecharon la mano e intercambiaron algunas palabras, aunque no hubo alguna imagen que registrara ese momento, pero sería la única vez que Fidel Castro estrecharía la mano de un presidente estadounidense en ejercicio.
Hubo algunos intentos de acercamiento con otros mandatarios, como con Jimmy Carter, que a finales de los años 70 estuvieron muy cerca de un acuerdo histórico, pero al no lograr reelegirse Washington y La Habana siguieron distanciados. Carter se entrevistó con Fidel Castro en La Habana, en 1994, lo cual, en su calidad en ese entonces de mediador por excelencia de conflictos internacionales, reforzó la versión de “un próximo establecimiento de negociaciones” para avanzar en una reconciliación entre ambas naciones.
Ese mismo clima diplomático parece estarse instaurando ahora.
*Reportera mexicana, publica en Uno más uno y otros órganos de prensa. Colaboradora habitual de Cuba coraje. Trabajo enviado por su autora
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