No tengo dudas de la voluntad de todos de trabajar por hacer regresar a nuestros tres hermanos
No podemos permitir que Ramón y Antonio tengan que cumplir sus sentencias completas en esas prisiones y mucho menos que Gerardo pase el resto de su vida en ese lugar al que no pertenece, manifestó el Héroe de la República de Cuba Fernando González Llort, al dirigirse a los diputados en la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional
Compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Compañero Esteban Lazo, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Compañeros Diputados y Diputadas.
Invitados.
Al meditar sobre el contenido de esta intervención, pensaba en la significación y el simbolismo de este fórum y su fundamental papel en la historia de nuestra Patria, pues ha sido aquí donde, en representación democrática de todo el pueblo, se han tomado las decisiones más importantes para el país.
Al recordar y pensar en los símbolos patrios que presiden las sesiones de la Asamblea de los Diputados que nos representan a todos los cubanos; esos símbolos que vemos en esta sala y que transmiten tanta carga de patriotismo y de responsabilidad histórica, no podemos sino evocar la historia y mencionar aquellos días trascendentales de Abril de 1869 en que por vez primera se reunían en Asamblea Democrática los representantes regionales de los cubanos en armas: La Asamblea de Guáimaro, cuyo aniversario conmemoraremos en los próximos días.
No podemos dejar de pensar que son ustedes, Diputadas y Diputados hoy aquí presentes, los herederos de aquellos patriotas que reunidos en Guáimaro en representación de un pueblo decidido a luchar y hacer cualquier sacrificio hasta alcanzar su libertad e independencia del yugo colonial español, se dieron cita en ese lugar de la geografía camagüeyana para dar forma legal y unidad a aquella República en Armas que nacía como voluntad de lucha de una nación en momentos definitorios de su formación y cristalización.
Constituye, pues, para mí un inmenso honor dirigirme a ustedes desde este pódium.
Considero mi primer deber en estas circunstancias expresar mi gratitud y la de mis cuatro hermanos de lucha.
El primer y más sentido agradecimiento va dirigido a quien tanto respetamos y admiramos los cubanos: al líder histórico de la Revolución, al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. En él se sintetizan las tradiciones de lucha de nuestro pueblo y se conjugan éstas con la capacidad de vencer. Ellas fueron para nosotros la fuente principal de la cual derivamos la energía y la decisión para la resistencia, el optimismo que nos ha acompañado todos estos años y la convicción de que volveremos todos y cada uno de nosotros.
Fue el Comandante en Jefe quien ideó, echó a andar y ha impulsado la lucha pública por nuestra liberación; un esfuerzo que hoy abarca todos los rincones del mundo.
En los momentos más críticos y definitorios para nosotros cinco, la confianza absoluta en la Revolución y en Fidel constituyeron la brújula que nos trazó el camino a seguir: el de la resistencia y la lucha, el de la confianza en la victoria. De Fidel lo ha aprendido nuestro pueblo y Los Cinco como parte de éste.
Al Comandante en Jefe, por tanto, nuestro más profundo sentimiento de gratitud.
En nuestro nombre y el de nuestros familiares, agradezco a la dirección del Estado y del Gobierno y en especial al Compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, por el permanente respaldo a la batalla por la liberación de los cinco, su constante atención y preocupación por nosotros y todos los esfuerzos que se han hecho y que hacen por traernos de regreso.
Les puedo asegurar que esos esfuerzos siempre eran percibidos por nosotros en las prisiones en que nos encontráramos, como aún lo hacen Gerardo, Ramón y Antonio y que tenemos absoluta confianza en ustedes.
Agradezco asimismo al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) por la ardua labor desplegada durante estos años que se refleja en los cientos de Comités por la Liberación de los Cinco existentes en todo el mundo y el destacado trabajo del Comité Nacional en Estados Unidos y el Comité Internacional que trabajan por nuestra libertad, así como todo el esfuerzo de solidaridad que de una forma u otra llevan a cabo miles de amigos y personas de casi todos los países. Para esas personas y para todo el movimiento de solidaridad va nuestro mensaje de gratitud.
Compañeros Diputados y Diputadas:
Esta Asamblea ha sido extremadamente solidaria con la causa de nuestra liberación. En el transcurso de estos más de quince años de este Parlamento han emanado Resoluciones, Llamamientos y acciones innumerables en defensa del derecho de nosotros a la libertad. En este foro en repetidas ocasiones se han hecho intervenciones por parte de diputados o de dirigentes del Partido y el Estado que nos han estremecido de emoción y multiplicaron nuestra decisión de resistencia así como la certeza en la victoria.
Cada vez que intentaron aislarnos o se cometió una arbitrariedad contra Los Cinco, o contra alguno de nosotros de forma individual, este Parlamento manifestó formalmente su denuncia de la situación y la demanda a las autoridades norteamericanas para que la corrigieran.
También se llamó a la solidaridad internacional, incluida la de otros Parlamentos del mundo, a ejercer presión para obtener el resultado que se buscaba y con ello aliviar de alguna manera nuestra realidad.
Agradezco al compañero Esteban Lazo, Presidente de la Asamblea Nacional, a los Diputados que forman parte de la actual legislatura y a los que han sido miembros de las mismas en los últimos quince años por la solidaridad con la causa y el papel jugado por ustedes en la batalla por nuestra liberación.
Expreso también mi gratitud y la de mis hermanos al compañero Ricardo Alarcón, quien ha sido un incansable defensor de Los Cinco en todos los foros y eventos y ante los más diversos auditorios.
Al pueblo cubano, aquí representado por ustedes, no sólo la gratitud nuestra y de nuestros familiares por el apoyo y la solidaridad manifestados durante todos estos años, sino también las gracias por las innumerables muestras de afecto y de respeto que hemos recibido desde nuestro regreso al país. Muestras espontáneas, llenas de patriotismo y cubanía, sentidas expresiones de felicidad por nuestro regreso y de decisión de continuar luchando hasta lograr el de Gerardo, Ramón y Antonio.
Yo exhorto a esta Asamblea y a todos los cubanos a redoblar el esfuerzo por alcanzar este objetivo. No podemos permitir que Ramón y Antonio tengan que cumplir sus sentencias completas en esas prisiones y mucho menos que Gerardo pase el resto de su vida en ese lugar al que no pertenece.
No tengo dudas de la voluntad de todos de trabajar por hacer regresar a nuestros tres hermanos. Los llamo a ustedes, a todos los cubanos de todas las edades, a miles de amigos de Cuba y de Los Cinco en todas partes del mundo a consagrar toda la energía e iniciativas posibles para lograr ese propósito en el menor tiempo.
Los convido a que cada uno desde su posición analice qué puede hacer individualmente y lo que puede aportar la institución a la que pertenece al esfuerzo por traer de regreso a Gerardo, Ramón y Antonio.
Llamo a las instituciones que pueden tener incidencia en la lucha por la liberación de los Cinco a continuar estrechando la coordinación entre ellas, a mancomunar todavía más sus esfuerzos; para lograr un resultado de aún mayor impacto con las acciones que ejecutan y el trabajo de solidaridad.
A los jóvenes de nuestro país los exhorto a aplicar todo su entusiasmo e iniciativa, su capacidad creativa, así como sus habilidades y facilidades en el manejo de las modernas formas de comunicación para hacer llegar el mensaje de justicia a todos los rincones del mundo.
Gerardo, Ramón y Antonio volverán. No nos cabe la menor duda de que será así y ellos comparten esa convicción.
Nosotros, por nuestra parte, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esa certeza se convierta en realidad en el menor plazo de tiempo posible. Que Adriana y Elizabeth tengan a sus esposos Gerardo y Ramón junto a ellas. Que Aily, Laura y Lisbeth disfruten del cariño y la guía de su padre Ramón y que Mirta reciba el abrazo y el beso de su hijo Antonio. Todos ellos se lo merecen.
Muchas Gracias.
(Juventud Rebelde)
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