La tarde aún está plena y fresca, cuando Ricardo Alarcón, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente del Parlamento Nacional, sale por la puerta de la Comisión número 2 del Congreso, dedicada a la discusión de aspectos globales de la economía. Han terminado las deliberaciones finales del proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, y le prepongo conversar sobre los ecos que ya está teniendo la más importante cita de los comunistas cubanos, 24 horas después de abrirse los debates.
Fragmento de la Entrevista
LOS CINCO
-La inclusión de los Cinco en el Informe Central confirma que la liberación sigue siendo estratégica para este país.
-Por supuesto que es estratégico, y viene por delante otro importante momento del caso. Tenemos por delante la apelación colateral o procedimiento extraordinario a favor de Gerardo Hernández Nordelo. Eso quiere decir que la defensa tendría aproximadamente un mes para responder a esa respuesta -probablemente hasta fines de mayo-, y a partir de ese momento la Jueza Joan Lenard se pronunciaría.
Estamos llegando a un momento en que terminan los recursos legales. Nos quedaría la posibilidad de apelar a la Corte de Atlanta, y finalmente, nos quedaría pedirle a bien que el Tribunal Supremo tenga a bien revertir la decisión, en el caso de que no la ganáramos. De manera, que se nos acabó el tiempo.
El habeas corpus tiene que ver con al prevaricación del gobierno que contó con la disciplina mediática. Por eso es que la esencia de la petición de habeas corpus estuvo relacionado con el ocultamiento de la verdad y la manipulación de la información. Por una parte de los medios de Miami, que crearon un ambiente de odio y hostilidad que condenaron de antemano a los acusados.
-El sitio web Cuba Money Project ha publicado más de 800 páginas con los registros de los pagos a los periodistas de Miami por su colaboración con las emisoras gubernamentales Radio y TV Martí. ¿Está al tanto de eso?
-Fue francamente vulgar la presión sobre los miembros del jurado que juzgó a los Cinco en Miami, orquestada por periodistas de esa ciudad. Consta en las actas del juicio. La jueza se quejó varias veces. Le ruega al gobierno: “Por favor, hagan algo. Los jurados me han dicho que están atemorizados. Los están persiguiendo hasta dentro del edificio del Tribunal con cámaras. Tomaron las chapas de los automóviles…”
Lo que no se sabía entonces, y empezó a divulgarse en el 2006, cinco años después de terminar el juicio, fue que esos periodistas eran pagados por el gobierno. Voy a ver eso que me dices que publicó Cuba Money Project, pero llevan varios años, varias organizaciones norteamericanas, tratando que el gobierno muestre los contratos de esos periodistas. Ellos han encontrado algunos contratos de algunos periodistas, pero sabemos que por lo menos hay el doble. Que muestren los contratos y cuánta gente hacían esas cosas y para qué le dan esos pagos.
La Jueza se quejó en su día varias veces y no sabía por que el gobierno no hacía nada. Desde el primer día hasta el final estuvo reclamando que pusieran fin a esa presión de los periodistas. Pero el gobierno no le hizo caso. Esa se llama en Estados Unidos una nueva evidencia.
LOS SATÉLITES
Ahora, hay otro elemento, quizás más sorprendente: el ocultamente de otras evidencias, las imágenes de los satélites que tiene EEUU y fotografiaron todo lo que ocurre dentro y fuera de ese país.
Antes del 24 de febrero de 1996 -todo eso está documentado en el proceso que le siguió la Federación de la Aviación Civil norteamericana al señor José Basulto, que como consecuencia le quitaron la licencia para volar aviones; antes de ese día, el gobierno había advertido a sus agencias que el 24 iba a ocurrir un incidente y hacia falta registrarlo adecuadamente
Primera sorpresa:, los radares norteamericanos no fueron capaces de registrar lo que había ocurrido. Hubo cosas muy curiosas. Un satélite no funcionó por razones técnicas, no pudo medir bien; otro dio una ubicación en aguas internacionales muy cerca de Cuba, y otro sí lo pudo grabar, pero después destruyeron la evidencia sobre eso, a pesar de que se le había advertido que lo registraran. A pesar de que advirtieron que una comisión de la Federación de la Aviación Civil iba a visitar esa estación de radar, donde después se destruyeron las imágenes.
Los radares cubanos mostraban que el incidente había ocurrido dentro del espacio marítimo cubano. Ese es un punto que se discutió bastante. Primero en la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), en Montreal, en el 96, y después en el juicio.
Quiero aclarar que Gerardo no tiene absolutamente nada que ver con lo que sucedió ese día: ni es piloto, ni controlador aéreo. Pero si el hecho no ocurrió en aguas internacionales, sino en aguas cubanas, entonces la Jueza Lenard tampoco tenía nada que ver con el hecho, porque un tribunal de Miami no tiene autoridad ninguna para juzgar un suceso que haya ocurrido fuera de EEUU.
Cuando la misión de la OACI va a Estados Unidos en 1996, y se encuentra con esta situación extraña de los radares, le solicitó al gobierno que le mostrara las imágenes del satélite. La respuesta fue que no. Cuando se da el juicio contra los Cinco, viene todo el tema de la supuesta implicación de Gerardo, se produce la misma disputa sobre dónde ocurrió el incidente, un coronel retirado de las Fuerzas Armadas de los EEUU, George Buckner, que comparecía como testigo, propuso que se revelaran las imágenes del satélite. Ahí saltó la Fiscalía y el gobierno no acepta eso.
Mira qué cosa más absurda: el acusado pidiendo que el acusador muestra sus imágenes. El gobierno acusador se ha negado desde el 96, hace 15 años, a mostrarlas.
-Hoy en día cualquiera tiene acceso a eso, a través de servicio de Google, de modo que no hay por qué tratar estos registros como secreto de Estado. Además, ¿para qué, si probarían la tesis del gobierno?
-¿A ti no te parece extraño que a ningún periodista le haya llamado la atención esa curiosa situación de que un acusado -que recibe dos cadenas perpetuas- esté pidiendo como elemento probatorio lo que dice su acusador?
Las tres administraciones que ha tenido ese país desde 1996 se niegan rotundamente a mostrar sus pruebas. Nadie le ha preguntado a un vocero americano por esa situación. ¿Por qué? Si hoy esas imágenes las tendría cualquiera, ¿por qué EEUU no las muestra?
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