Les envío una entrevista que hizo JIMENA RIVEROS y que refleja en cierta forma el "sentir cubano". Una mujer que se fue de Cuba al extranjero y eligió volver.
“Extrañaba el inconformismo cubano, que no es ni parecido al inconformismo porteño”
Lisbet es una mujer cubana como tantas otras: simpática, verborragica, extrovertida y profunda. Ella conversa y se muestra sin reparos y este quizás es el dato más significativo. No dice lo que piensa especulando las respuestas según quien este escuchando sino que vomita sus ideas y reflexiones más allá de todo.
Durante la entrevista van a descubrirla, un poco. Van a pasear por los recuerdos de ella que están asociados a decisiones que tomó, decisiones que la llevaron a salir de Cuba para después volver a su tierra natal, como un proceso casi natural.
Una cubana que no se exilió pero se fue. Una cubana que vivió la panacea de los países capitalistas y un día sin demasiado cuestionamiento interno volvió buscando lo que yo creía que era cubanía pero no. Para Lisbet cubanía es “aceptar”, hacerse un poco cargo de lo que de verdad queremos hacer por fuera, incluso, del deber ser.
Se las presto un ratito. Disfrutenla porque en definitiva es una de las voces que los grandes medios no quieren escuchar o que cuando la escuchan la distorsionan. Sepan también que habla por ella misma, siente la necesidad de aclarar que sus respuestas son personales, de nadie más. No intenta representar ni siquiera a sus vecinos, a quienes ama y con quienes coincide en algunas cosas y en otras muchas, no. Aunque este rasgo no le impide ni a Lisbet ni a los otros relacionarse entre sí. Esta es su mirada.
¿Cuando decidiste irte de Cuba por primera vez y por qué?
Fue en 1998 y no fue algo que decidí, se dio el viaje a España por una cuestión laboral y por supuesto, la curiosidad visceral del cubano por salir al mundo exterior.
¿Qué encontraste en España?
Poesía (el trabajo tenía que ver con libros y poetas), gente buena, bares… ahhh!! y la posibilidad de comprar el primer televisor en colores para la sala de mi madre.
Y ¿qué pasó? ¿Por qué volviste a Cuba?
- Risas – Compré el televisor ¿no? Bueno, tenía que ponerlo en la sala.
Pusiste el televisor en la sala y algunos años después te enamoraste de un argentino y te volviste a ir ¿no? Llegaste a Argentina ¿y? ¿Qué pasó?
La cronología de los hechos fue así: me siento enamorada, llego a Argentina. Me pasó de todo. Pero mucho menos de lo que esperaba. La mejor parte es que conocí a muy buenos argentinos. Y eso es lo único que extraño de allá, a mis AMIGOS, además del dulce de leche.
¿Como era tu vida en Argentina?
Buena, pero no suficiente. Nunca se tiene bastante en Bs As. Mucho trabajo (afortunadamente) y poco sueño (desgraciadamente). Demasiado de todo lo que debía ser dosificado: movimiento, premura, preocupación (hasta por lo que ya conseguiste porque ahí llega la parte de mantenerlo) y lo más agotador de todo fue volver a nacer con 30 años. Uno tiene que volver a aprender a comer, a hablar, a vestirse, a caminar. Se nace de nuevo cuando uno deja su tierra. Realmente se nace de nuevo.
¿Qué cosas extrañabas de Cuba?
- risas - A Cuba entera. A mi madre, al recuerdo de mi padre, a mi barrio. Mis amigos; mis enemigos; el portal de mi casa (Bs As es la ciudad sin portales); las mecedoras; el arroz con frijoles; el malecón; mi cama; el olor a viejo de todas las cosas; el inconformismo cubano, que no es ni parecido al inconformismo porteño; el dominó en la calle; a los niños mataperreando y metidos en mi casa jodiendo; que me tocaran la puerta para pedirme un poquito de aceite; tocar la puerta yo de al lado para pedir un poco de sal,; no tener presión para pagar la luz, el gas o la casa porque si no lo pagas de todas maneras no te cortan el servicio ni te echan a la calle; no tener apuro para nada; caminar de madrugada la distancia entre la Ceguera* y Tropicana*; de regreso de la casa de Ilonka – una de las mejores amigas de lis -, medio borracha, medio cansada, medio loca.
No haber estado en los últimos momentos de vida de un par de queridos amigos. La preocupación por… por… por…ah!, por lo que vamos a comer esta noche; los fines de año en mi cuadra quemando un muñeco, besando a todos a la misma vez, dando la vuelta de la manzana con una valija que te garantiza el viaje (solo que yo quería devolver la valija, o pasársela a otro); el mar; la libertad.
¿Todo eso extrañabas?
Si sigo pensando seguramente haya más…
Tenés un hijo que nació en Cuba y te lo llevaste cuando fuiste para Argentina ¿Cómo fue para vos sacarlo de su país y criarlo en otro?
Vivir la vida de otro.
¿Por eso volviste?
Volví por lo que te dije que extrañaba de mi Cuba. Ninguna de esas cosas, o miserias según quien las vea, se encuentran en otro lado.
¿Afectó a tu hijo el cambio?
El niño tenía 5 años cuando nos fuimos y tenía 10 cuando volvimos. Quiero pensar que ni un poquito, hasta ahora. Y si el hecho de que mi hijo me diga: “que buena es mi vida”, sirve para responder esto, pues no, no afectó a mi hijo el cambio. Por otro lado, es mi hijo. Tiene mis genes y ahí los veo.
El hecho de haber conocido y vivido en otros países ¿cambió en algo tu mirada sobre Cuba?
¡Claro que sí! La cambió TOTALMENTE. Yo me fui de Cuba resentida con Cuba, como la mayoría de los cubanos cuando estamos dentro, y francamente no sabía que se podía querer tanto a algo que no haya salido de uno, sino todo lo contrario, hasta que me fui.
¿Ves alguna diferencia desde que Fidel se retiró?
Ehh??!!! Pero… FIDEL SE RETIRÓ??????!!!!!
¿Cómo es tu vida y la de tu hijo ahora?.
La mía: trabajo de 8 am a 5 pm por 600 pesos cubanos, veintitantos dólares que no alcanzan para nada (soy una privilegiada, muchos ganan menos) cuando no duermo por las noches es porque soy bastante noctámbula y juego scrabble de madrugada, leo, o veo series, o… vivo. Cuando duermo… duermo bien y mucho. Los fines de semana y algunos laborables ayudo a una amiga en su restaurant pues eso es realmente lo que me ayuda a vivir sin mayores preocupaciones, salgo con mi amiga Riandra al cine, al veterinario, a la panadería, al malecón, me río mucho con ella, me río mucho casi siempre. Juego dominó con los viejos del callejón, trato de practicar el maravilloso arte de llevarme bien con la gente, de conocer y saludar a todos, de ayudar al que pueda, de caminar por el Marianao decadente que es mi barrio y eso me carga las pilas de una manera indescriptible. Salgo con mis otros amigos, tomo ron, discuto de política (obviamente) y muchas veces no hago absolutamente nada. Y no pasa nada. Y si, dentro de todo eso también hay amor, sexo y besitos, pero eso es parte de lo que no voy a comentar.
La de mi hijo: Toca guitarra, juega ajedrez, lee, saca 100 en todas las materias sin estudiar. Tiene muchísimos amigos a pesar de su carácter medio hosco y bastante aporteñado (inevitable) así que doble mérito si a pesar de eso lo buscan constantemente y vive rodeado de chicos. Su play station (que me la traje de Argentina) a veces tiene telarañas, en la computadora sólo juega un estúpido juego de pokemones, casi siempre tengo que obligarlo a bañarse pero es justamente en esos momentos cuando me habla de los placeres de su vida (mi baño no tiene puerta, sino una cortina que permite fácil comunicación con el cuarto). Se duerme en cuanto pone la cabeza en la almohada porque termina agotado de juegos y 5 segundos antes de cerrar los ojos me dice, invariablemente, que me quiere.
¿Extrañas Argentina?
¿Debo decir la verdad?
Y si… preferentemente.
Mira, de Argentina no extraño nada, en serio, sólo a la gente (risas). Pero extrañar extrañar, eso que te mata de nostalgia, nada. Tengo que pensar mucho para encontrar algo, me pasa algo raro: a pesar del tiempo que pasé allá me parece que no fue tanto, no siento marcas ¿entiendes? A no ser las que me ayudan a ACEPTAR, lo bueno y lo de mierda que tenemos acá que es muuuucho ¿Entiendes? Mira, extraño a mis amigas, a las chicas, la joda en la oficina, a Andrea, no sé … esas cosas, quizá un poco el mate con una amiga y te juro que tengo 2 kilos de yerba que me regaló un muchacho que vino para aca y no lo he abierto por nostalgia, eso si que me haría mal, creo. Si me exprimo un poco: el cine con Rodry los domingos, me gusta el cine y el de acá … no es de lo que más me gusta, aún así voy bastante con una amiga. Extraño las cervezas en la azotea de otra amiga mía los domingos, las comidas con Silvi y Glory (no por la comida sino por ellas), los desayunos con Roberto, los panchos en la costanera. Pero como ves, son cosas ligeras, hasta tontas, no tienen que ver con lo que comía sino con quién, los momentos. No extraño la carne de res (el sueño de los cubanos de dentro), no extraño "aquella" libertad. Y no es crítica ni malagradecimiento, Argentina me dio cosas enormes: me dio amigos para siempre y me dio certezas.
*La Ceguera: Es el nombre con el que se conoce al Hospital Oftalmológico “Ramón Pando Ferrer”.
*Tropicana: Conocido cabaret que ofrece un imponente show a los turistas con grandes músicos y bailarines en escena. Está en el barrio de Marianao.
Ping Pong
Libertad: una palabra Grande
Amor: un motor
Matrimonio: masoquismo añorado e inevitable
Aborto: un derecho, una necesidad o un error
Derechos Humanos: redundante
Capitalismo: ni bien ni mal, solo lo contrario de lo que YO quiero.
Revolución: la palabra que más he escuchado desde que nací
Música: El motivo para que Silvio no sea declamador. Y para que no crean que yo hablo sola
Jimena Riveros
Jimena Riveros Periodista