por Alberto Mas
(Argentina,12-11-11) La Matanza está en el primer cordón del “Gran Buenos Aires” en Argentina, posee 1.772.130 habitantes en sus 323 kilómetros cuadrados de superficie, zona industrial y de grandes barriadas obreras con historias de luchas, sobre su nombre hay varias versiones, una de ellas afirma que ”El nombre del Partido se debe a un enfrentamiento del hermano del conquistador Pedro de Mendoza, Diego de Mendoza, con los querandíes, liderados por Squiaparatto en 1536. En el mismo se produce su muerte (a orillas del Rio de La Plata), y la de 22 infantes que lo acompañaban. Los realistas en su homenaje llamaron al lugar el “lugar de la Matanza“ y así se comienza a nombrar el sitio y el río (que desembocaba en el lugar) indistintamente como Matanza o”La Matanza” (Wikipedia.org).
Es en la plaza principal de ésta localidad, donde los miembros de la organización MO.T.OR , Movimiento de Trabajadores Organizados, monta todos los sábados la mesa internacionalista, allí entre videos de Cuba y Venezuela, libros sobre ideologías extrañas (Marxistas), diarios del Movimiento de solidaridad con Cuba y el Granma, las Crónicas de una Injusticia que distribuye el Comité Argentino por la Libertad de los Cinco, fotos de El Che, Fidel y Chávez, y películas cubanas y venezolanas, bajo las dos banderas, la Argentina y la Cubana, que orgullosamente ondean sobre ésta escena, entremezcladas con un sinnúmero de artesanos que ofrecen sus trabajos, músicos que tocan ante un público de edades dispares, y transeúntes que reciben (y leen) los volantes contra el injusto bloqueo a la Isla y la exigencia mundial por la libertad de los Cinco luchadores contra el terrorismo, 4 presos políticos en cárceles y uno a cielo abierto, en los EEUU.
La mesa internacionalista no descansa, los integrantes de la misma reparten volantes, venden los periódicos, libros y DVDs, y hablan, hablan con todos los que se acercan, con vecinos a los que les llama la atención el stand con cosas poco tradicionales en las plazas de hoy, y otros que enterados concurren para hablar con Luis, el responsable político de tamaño descalabro sabatino, para intercambiar ideas, para coordinar trabajos, y para discutir de eso que se llama “unidad en la acción”
Desde organizaciones partidarias hasta estudiantes organizados, pasando por centros culturales y organizaciones sociales, se habla, se discute, se acumula.
Se discute sobre cómo construir un mundo mejor, que es posible, se discute sobre el poder, sobre cómo construirlo desde el pueblo (pueblo: palabra antigua, hoy casi todos dicen “la gente”), los más jóvenes e inquietos preguntan también sobre los años 70, las luchas de esa época, los motivos de la derrota, la vida en dictadura que no vivieron, pero que si escucharon y si ven a través de las crónicas de los juicios a los genocidas.
Algo pasa, la energía fluye, la utopía de la Patria Socialista, de la Revolución, de la unidad de los que luchan, están presentes en ésta mesa, en una plaza pérdida en el conurbano bonaerense, ahí donde el espíritu de Squiaparatto, está presente, junto al Che, a Fidel y Chávez.
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