(de Prensa Latina)
Gerardo Hernández, uno de los cinco antiterroristas cubanos prisioneros en Estados Unidos, transmite fuerza desde su celda y es un hombre sin tristeza, afirmó el reconocido crítico estadounidense de arte Gilbert Brownstone.
El presidente de la Fundación que lleva su nombre y personalidad del arte internacional viajó hasta una cárcel de seguridad de California, donde está Gerardo para brindarle su apoyo y solidaridad a 13 años de su encarcelamiento.
Dijo que conocerlo resultó el momento más conmovedor de su vida, porque descubrió a una persona “de un gran universo espiritual, de mucha sensibilidad, eso explica el por qué puede sobreponerse a esa pesadilla y se abstrae conversando de cosas hermosas”, narró en exclusiva con Prensa Latina.
“Me habían preguntado antes de verlo qué podía hablar con Gerardo durante seis horas de visita; para mi sorpresa el tiempo que estuvimos juntos nos pareció apenas cinco minutos“, destacó Brownstone.
Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, identificados como Los Cinco, fueron arrestados el 12 de septiembre de 1998 en Miami, donde advertían a su país acerca de planes criminales de grupos anticubanos radicados en el sur de la Florida.
En un proceso durante el cual la Defensa denunció numerosas irregularidades fueron condenados a sentencias consideradas excesivas por expertos.
Brownstone es además museólogo, especialista y curador, graduado en la Universidad de La Sorbona de París y de Historia del Arte con el francés Pierre Francastel (1900-1970), uno de los fundadores de la sociología del arte.
“Hablamos mucho, por supuesto que sobre este mundo en el que me desenvuelvo, sobre mi profundo amor por Cuba y su pueblo, y para mi asombro él sabía todo acerca de mí”, explica este hombre de sencilla apariencia, quien se calificó de “viajero incansable”.
Gerardo Hernández cumple una doble cadena perpetua más 15 años. La cárcel donde se encuentra es “en medio de un desierto, no hay nada ahí. Al llegar solo observas una mole de cemento, muchos controles y alambres. Es impresionante. Resulta el lugar más inhumano y frío que he visto”, denunció el crítico.
El correccional está en Victorville, ciudad de California atravesada al sur por el desierto de Mojave (nombre heredado de los indios americanos), distante a unos 130 kilómetros al noreste de Los Ángeles.
Al llegar a la prisión -contó Brownstone-, “aprecié que existe un respeto por Gerardo, pero las normas son rígidas: mientras hablamos no podía levantarse, debía tener sus manos sobre la mesa. La disciplina es estricta“.
Recordó que el antiterrorista cubano es, “dentro de los Cinco, al que peores condiciones se le han impuesto, pues no le permiten la visita de su esposa, lo llevan al hueco o celdas de castigo sin razón, le dificultan la comunicación con sus abogados y carga condena de por vida por delitos que nunca cometió”.
Sin embargo, “su estado de ánimo es muy bueno. Él evita comentar de esas cosas y se refiere a la vida sin tristeza. Es que no encontré a un hombre triste”, aseguró Brownstone.
“Gerardo transmite fuerza, es alguien que ama. Siente un profundo amor por su esposa Adriana, por su familia y su país”, reiteró.
Incluso, subrayó el especialista, durante “nuestro encuentro no habló mucho de su proceso, sin embargo me preguntaba sobre Cuba, me pedía que le diera detalles de lo que ocurre. Es impresionante eso, alguien que vive una pesadilla que hable con tanta fuerza de la vida”.
El 16 de agosto, la Defensa presentó la réplica del recurso de habeas corpus (apelación extraordinaria y último recurso legal que le queda) ante la jueza de distrito Joan Lenard, quien en un plazo sin fijar deberá pronunciarse si acepta o no una vista para que Gerardo Hernández pueda exponer sus argumentos.
Por conspiración para cometer asesinato, el antiterrorista cubano carga con una de sus dos cadenas perpetuas. “Él es inocente, pero no basta con decirlo, ahí están las pruebas”, advirtió Brownstone.
Gerardo no tuvo nada que ver con el derribo de dos avionetas de una organización anticubana en 1996. “Fue una decisión soberana de Estado. Tengo entendido que los aviones violaron el espacio aéreo de Cuba y no era la primera vez que lo hacían”, apuntó.
Obras de creadores del siglo XX fueron donadas al pueblo de Cuba el pasado año por este humanista. Su Fundación, nacida en 1999, se ha dedicado a apoyar e impulsar acciones solidarias y sociales a favor del desarrollo cultural y la educación.
“El tiempo de hacer es ahora”, puntualizó Brownstone cuando se desprendió de más de un centenar de piezas de artistas como Andy Warhol, Marcel Duchamp, Pablo Picasso, Camille Pissarro, Georges Rouault, Donald Judd, Joan Miró, entre otros.
Las obras se encuentran en depósito en el Museo Nacional de Bellas Artes y constituye la más importante donación realizada desde que la institución fue reabierta en el 2001. Piensa que así estaba saldando una deuda con el pueblo cubano y en especial con los Cinco, a quienes le dedicó el gesto.
Tengo mi corazón cubano, indicó el crítico de arte. “Estoy involucrado con este país desde hace una década y después de mi visita a Gerardo no hay nada que no esté dispuesto a hacer por los Cinco”, sentenció.
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