“Si hubieran sido jóvenes de su país que impidieron un ataque terrorista contra EEUU lo más probable es que usted los hubiera invitado a cenar a la Casa Blanca para entregarles medallas”, apunta el escrito que el Comité Internacional por la Libertad de los 5 Cubanos ha dirigido al presidente estadounidense.
La carta del sacerdote, víctima de un intento de asesinato con una carta bomba que obligó a la amputación de sus manos, fue difundida hoy para hacerla coincidir con el día 5, por “los 5 Cubanos”, como se conoce a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González.
Fueron condenados hace doce años a distintas penas de cárcel en EEUU por conspirar y operar como agentes extranjeros. Hoy sólo está en la calle René González, que salió de la cárcel en octubre de 2011 tras cumplir una condena de 13 años, pero no podrá regresar a Cuba hasta octubre de 2014, cuando termine la libertad vigilada impuesta.
Todos ellos integraban la red “Avispa”, que fue desmantelada en 1998, y los cinco reconocieron ser agentes del Gobierno de La Habana, pero dijeron que no espiaban a EEUU, sino a “grupos terroristas de exiliados” que conspiraban contra Cuba.
“Recuerdo vívidamente la sensación de alegría, alivio y, lo más importante, esperanza que su victoria (electoral) representaba”, dice la carta de Lapsley sobre la noche en que Obama ganó sus primeras elecciones.
Añade que “la única comparación que puedo hacer de lo que sentí esa noche en 2008 fue lo que sentí cuando después de siglos de lucha el ‘apartheid’ fue derrotado en Sudáfrica”.
“Quisiera poder seguir sintiendo esa esperanza sobre lo que su presidencia representa -escribe-. Estoy apelando a ese sentido de justicia natural que vi en usted esa noche para que libere a cinco hombres cubanos que llegaron a EEUU en los 90 para supervisar las actividades de grupos terroristas contra Cuba en el sur de la Florida”.
El sacerdote recuerda que esos hombres “están cumpliendo largas sentencias en sus cárceles e incluso a las esposas de dos de ellos se les niega visas para visitarlos”.
“Estoy seguro que con todo el apoyo internacional que tienen estos hombres usted debe estar bien enterado de este caso y que usted podría liberarlos a través del poder que le otorga la Constitución de EEUU”, apunta el escrito atribuido a Lapsley.
Además se pregunta: “¿Qué podría ser más noble que lo que hicieron estos 5 hombres en la guerra contra el terrorismo y en defensa de su patria?”.
“Personalmente siento un gran amor y afinidad por los 5 cubanos porque soy una víctima del terrorismo a consecuencia de una carta bomba que durante los últimos días del régimen del ‘apartheid’ en 1990 destruyó mis manos y me quitaron un ojo, produciendo además otras lesiones”, manifestó.
Explica que el ataque fue “una reacción de odio” hacia mi trabajo como sacerdote inmerso en la lucha de liberación contra “uno de los sistemas más brutales de opresión racial que el mundo haya visto” y añade que “Cuba siempre se levantó en apoyo al pueblo de Sudáfrica contra esa opresión”.
Lapsley asegura en el escrito que, a modo de “pequeño gesto” para “saldar la deuda que mi país tiene con Cuba”, ha visitado a uno de los encarcelados, Gerardo Hernández, que cumple cadena perpetua, algo que le recuerda “cómo nuestros mejores líderes fueron encarcelados, no porque fueran delincuentes, sino porque buscaban libertad y justicia para todos”.
“La animosidad que ha tenido EEUU hacia la isla de Cuba durante décadas no tiene que ser una carga para usted, que tiene una posición única para ser un agente de cambio activo ayudando a forjar un mundo mejor”, dice a Obama.
En su opinión, el “simple” hecho de liberar a los cinco cubanos no sólo es “lo correcto”, sino que “hará brillar los ojos de toda una nación que ve a estos hombres como héroes” y será un catalizador hacia la normalización de las relaciones bilaterales, así como hacia “la cicatrización de la familia humana. Sé que está en usted y apelo para convocar ese valor”.
La carta del sacerdote, víctima de un intento de asesinato con una carta bomba que obligó a la amputación de sus manos, fue difundida hoy para hacerla coincidir con el día 5, por “los 5 Cubanos”, como se conoce a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González.
Fueron condenados hace doce años a distintas penas de cárcel en EEUU por conspirar y operar como agentes extranjeros. Hoy sólo está en la calle René González, que salió de la cárcel en octubre de 2011 tras cumplir una condena de 13 años, pero no podrá regresar a Cuba hasta octubre de 2014, cuando termine la libertad vigilada impuesta.
Todos ellos integraban la red “Avispa”, que fue desmantelada en 1998, y los cinco reconocieron ser agentes del Gobierno de La Habana, pero dijeron que no espiaban a EEUU, sino a “grupos terroristas de exiliados” que conspiraban contra Cuba.
“Recuerdo vívidamente la sensación de alegría, alivio y, lo más importante, esperanza que su victoria (electoral) representaba”, dice la carta de Lapsley sobre la noche en que Obama ganó sus primeras elecciones.
Añade que “la única comparación que puedo hacer de lo que sentí esa noche en 2008 fue lo que sentí cuando después de siglos de lucha el ‘apartheid’ fue derrotado en Sudáfrica”.
“Quisiera poder seguir sintiendo esa esperanza sobre lo que su presidencia representa -escribe-. Estoy apelando a ese sentido de justicia natural que vi en usted esa noche para que libere a cinco hombres cubanos que llegaron a EEUU en los 90 para supervisar las actividades de grupos terroristas contra Cuba en el sur de la Florida”.
El sacerdote recuerda que esos hombres “están cumpliendo largas sentencias en sus cárceles e incluso a las esposas de dos de ellos se les niega visas para visitarlos”.
“Estoy seguro que con todo el apoyo internacional que tienen estos hombres usted debe estar bien enterado de este caso y que usted podría liberarlos a través del poder que le otorga la Constitución de EEUU”, apunta el escrito atribuido a Lapsley.
Además se pregunta: “¿Qué podría ser más noble que lo que hicieron estos 5 hombres en la guerra contra el terrorismo y en defensa de su patria?”.
“Personalmente siento un gran amor y afinidad por los 5 cubanos porque soy una víctima del terrorismo a consecuencia de una carta bomba que durante los últimos días del régimen del ‘apartheid’ en 1990 destruyó mis manos y me quitaron un ojo, produciendo además otras lesiones”, manifestó.
Explica que el ataque fue “una reacción de odio” hacia mi trabajo como sacerdote inmerso en la lucha de liberación contra “uno de los sistemas más brutales de opresión racial que el mundo haya visto” y añade que “Cuba siempre se levantó en apoyo al pueblo de Sudáfrica contra esa opresión”.
Lapsley asegura en el escrito que, a modo de “pequeño gesto” para “saldar la deuda que mi país tiene con Cuba”, ha visitado a uno de los encarcelados, Gerardo Hernández, que cumple cadena perpetua, algo que le recuerda “cómo nuestros mejores líderes fueron encarcelados, no porque fueran delincuentes, sino porque buscaban libertad y justicia para todos”.
“La animosidad que ha tenido EEUU hacia la isla de Cuba durante décadas no tiene que ser una carga para usted, que tiene una posición única para ser un agente de cambio activo ayudando a forjar un mundo mejor”, dice a Obama.
En su opinión, el “simple” hecho de liberar a los cinco cubanos no sólo es “lo correcto”, sino que “hará brillar los ojos de toda una nación que ve a estos hombres como héroes” y será un catalizador hacia la normalización de las relaciones bilaterales, así como hacia “la cicatrización de la familia humana. Sé que está en usted y apelo para convocar ese valor”.
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