jueves, 25 de agosto de 2011

Brindis especial por Fernando desde donde estudió


De manera entrañable evoca Isla de la Juventud el 48 aniversario de uno de los Cinco Héroes este 18 de agosto
Por: Diego Rodrí­guez Molina                                                              Enviado por La Polilla Cubana
Jueves, 18 de agosto del 2011
Este 18 de agosto Fernando González Llort, uno de los Cinco cubanos presos injustamente en EE.UU., no tiene 48 velitas para apagarlas, pedir un deseo y celebrar su cumpleaños con la familia, los amigos, su pueblo y la alegría que aquí compartió en sus inolvidables años estudiantiles.

Pero lo hará, lo sabemos todos sus compatriotas, cuando esté definitivamente en Cuba, con su familia, con su Rosa Aurora, y con todos los que no cejan en la lucha por su inmediata libertad junto a los otros cuatro combatientes antiterroristas que arriesgaron sus vidas por impedir criminales acciones no sólo contra Cuba, sino también contra los propios ciudadanos de la potencia que hoy los mantiene encerrados.

De manera especial lo anhelan, recuerdan y brindan por Fernando, quienes estudiaron con él desde 1978 al 81, en el preuniversitario José Carlos Mariátegui, en Isla de la Juventud, donde se graduó entre los tres primeros expedientes del curso y dejó incontables anécdotas de su jovialidad y patriotismo.

Él está inseparablemente fundido al nuevo nombre del terruño, proclamado Isla de la Juventud precisamente en el año en que González Llort comenzó el bachillerato aquí, al calor de las movilizaciones juveniles y demás tareas por continuar transformando esta segunda ínsula del archipiélago cubano y hacer realidad uno de los sueños de Fidel.

Desde hace 12 años agostos la oprobiosa condena de 19 años de prisión, la lejanía, la dura cárcel y el odio de varios Gobiernos norteamericanos impiden a Fernando que pueda celebrar feliz su onomástico, que este jueves evocan, sin embargo, sus compatriotas y cada vez más personas en el mundo, ofendidos con tanto oprobio ensañándose en esos valerosos cubanos.

Para mayor ofensa, la impunidad imperial sigue protegiendo a connotados terroristas, como Luis Posada Carriles, que por estos días volvió a vanagloriarse públicamente de sus fechorías.

Mas, ni las rejas de la cárcel de máxima seguridad en Oxford, Estados Unidos, donde se encuentra, ni el silencio, ni las arbitrariedades y patrañas, pueden encarcelar los sueños de Fernando y demás compañeros de lucha, ni acallar sus derechos y ansias de libertad incondicional.

Aún en la distancia no faltará en su tierra y otras latitudes el brindis de familiares, amigos y admiradores de su heroísmo y su causa, como tampoco el abrazo de sus compañeros de estudio y de su pueblo todo, junto al redoblado compromiso de millones en el orbe por seguir rompiendo los barrotes de la injusticia, la sinrazón y la mentira.

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