martes, 23 de diciembre de 2014

Nueva editorial del NYT

The Opinion Pages | EDITORIAL

Obama da un paso histórico con Cuba

Por EL COMITÉ EDITORIALDEC. 17, 2014



El Presidente Raúl Castro le habla al pueblo. CreditYamil Lage/Agence France-Presse — Getty Images

La decisión de la administración de reanudar relaciones diplomáticas, tomar pasos para retirar a Cuba de la lista de países que apoyan grupos terroristas, y de flexibilizar las restricciones de viaje y comercio, representan un cambio de dirección que este periódico ha apoyado enfáticamente. La Casa Blanca está abriendo una era transformacional para millones de cubanos que han sufrido como resultado de más de medio siglo de hostilidad entre las dos naciones.
Tras meses de negociaciones secretas con el Gobierno cubano, el Presidente Obama anunció el miércoles una extensa serie de cambios para normalizar la relación con La Habana, un paso significativo que marca el fin de uno de los capítulos más desacertados de la política exterior estadounidense.

Obama pudo haber tomado pasos modestos y graduales para explorar un acercamiento. Sin embargo, actuó con valentía, haciendo todo lo que está a su alcance, mientras sigue en vigor una retrógrada ley aprobada en 1996, que impone estrictas sanciones a la isla en busca de un cambio de régimen.
“Estos 50 años han demostrado que el aislamiento no funciona”, dijo Obama. “Es hora de tener una nueva estrategia”.
El Presidente de Cuba, Raúl Castro, merece reconocimiento por su pragmatismo. Aunque Cuba sigue siendo un estado policial con una economía fallida, desde que asumió el mando del país en 2008, el gobierno ha impulsado una serie de reformas económicas que han empoderado al cubano común y corriente, y suspendió restricciones que cruelmente impedían que muchos cubanos viajaran al exterior.
“Debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”, dijo Castro el miércoles.
Los cambios que anunció la administración Obama tienen el potencial de empoderar a el creciente sector empresarial cubano al facilitar transacciones financieras y comerciales con Estados Unidos. La Casa Blanca también tiene previsto tomar medidas para que las empresas de tecnología estadounidenses puedan mejorar la retrógrada infraestructura de Internet en la isla, un paso que podría ayudar a fortalecer la sociedad civil.
Si se toma en cuenta la compleja historia de la relación entre Cuba y Estados Unidos, es muy factible que este nuevo capítulo traiga sospechas y reveses. Los líderes de ambos países deben hacer todo lo posible por manejarlos de manera racional y constructiva.
Estados Unidos ha abogado, con razón, por mayores libertades personales y reformas democráticas en la isla. Pero su estrategia punitiva ha sido bastante contraproducente. De ahora en adelante, el apoyo de Washington a la sociedad civil cubana y a los disidentes en la isla seguramente será más efectivo, en buena medida porque otros gobiernos en el hemisferio no podrán seguir tratando a Cuba como la víctima de una política de Washington excesivamente severa.
Como parte de las negociaciones, el Gobierno cubano liberó a un cubano quien colaboró con las agencias de inteligencia de Estados Unidos, y lleva preso casi 20 años. También puso en libertad a Alan Gross, el subcontratista estadounidense que llevaba más de 5 años preso en La Habana. Por su parte, Estados Unidos repatrió a tres espías cubanos que estuvieron en prisión más de 13 años. El canje ha despejado el camino para un giro de política que podría terminar representando el más importante legado de política exterior para Obama.
Funcionarios de la Casa Blanca reconocen que es poco factible que el Congreso tome pasos complementarios para construir una relación más saludable con Cuba en el futuro cercano. Pero estas medidas inevitablemente informarán el debate sobre lo que se puede lograr forjando lazos. Lo más seguro es que la historia reconozca que Obama acertó.
17 de diciembre 2014

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