jueves, 25 de diciembre de 2014

Siempre tuvimos la convicción del regreso

Por Deisy Francis Mexidor

La Habana, 22 dic (PL) 

El antiterrorista cubano Ramón Labañino afirmó que siempre creyó en el tiempo del regreso y de la felicidad, pues nunca perdió la convicción de que volvería a su patria junto a su familia y su pueblo.(RadioPL)
Labañino, Gerardo Hernández y Antonio Guerrero, los tres luchadores cubanos contra el terrorismo que aún permanecían en cárceles de Estados Unidos 16 años después de su arresto en la ciudad de Miami, arribaron a La Habana el pasado 17 de diciembre.

"Yo todavía estoy levitando. Han sido tantas emociones", confesó Labañino durante un diálogo con Prensa Latina, en el cual narró los últimos momentos vividos en cautiverio.

El cambio nuestro -indicó- fue muy brusco. "Nosotros a las tres de la mañana del 17 de diciembre todavía éramos hombres presos y de pronto a las cinco de la mañana ya estábamos tomando un avión y a las ocho éramos libres".

Saltamos de manera brusca de la prisión a la libertad, y ese proceso transitorio apenas nos permitió reaccionar emocionalmente, acotó.

Ha sido todo tan impactante y la realidad supera en mucho las expectativas, señaló el Héroe de la República de Cuba, título que ostenta junto a sus compañeros Hernández y Guerrero, así como Fernando González y René González, quienes ya estaban en Cuba luego de cumplir íntegramente sus sentencias.

Sobre el instante en que al llegar a suelo cubano pudo fundirse en un abrazo con sus familiares, sus hijas y en especial su esposa, Elizabeth Palmeiro, comentó que experimentó algo único, una ternura infinita y acotó que la relación de ambos "se creció con las adversidades".

Pasamos períodos muy difíciles –recordó- y mi esposa siempre estuvo al lado mío, en las buenas, en las malas, cuando aún tenía cadena perpetua más 18 años, ella me dijo ‘contigo hasta el final y te voy a ver al fin del mundo’, no se me olvida esa frase.

Después “cuando me dieron 30 años fue lo mismo, Elizabeth me reiteró que seguiría conmigo hasta el final, ‘seremos dos viejitos y estaremos luchando’, y aquí estamos hoy”, enfatizó Labañino, mientras envuelve con la mirada a la mujer que estuvo en la retaguardia durante todos estos años.

También agradeció al movimiento de solidaridad su constancia y batallar por la causa de los Cinco, como son identificados a nivel mundial.

Rememoró que el primer contacto directo con los amigos solidarios lo tuvieron en 2009 cuando lo resentenciaron en la corte de Miami, "yo quería saltar las barreras de la escolta y de las cadenas y abrazarlos a todos".

Pero lo único que pudo hacer entonces fue enviarle un beso a su esposa y alzar uno de sus brazos "en señal de victoria, la victoria de la dignidad y el coraje, y el que uno nunca se doblega". Con ese espíritu de invictos los Cinco regresaron a casa.

El 28 de febrero el pueblo cubano le dio la bienvenida en La Habana a Fernando González, quien un día antes había abandonado una cárcel federal en Arizona. Al tocar tierra cubana declaró que a su libertad le faltaba un pedazo hasta tanto sus "hermanos Gerardo, Ramón y Tony (Antonio)" no estuviesen en la patria.

Han transcurrido apenas 10 meses y se ha completado la libertad de los Cinco. "A partir de ahora quedan el amor y los nuevos retos, las nuevas tareas que nos asigne la Revolución. Volvimos y lo más importante: listos para lo que sea", concluyó Ramón Labañino.

Los Cinco fueron detenidos el 12 de septiembre de 1998 en Miami mientras daban seguimiento a los planes de grupos violentos dedicados al terrorismo contra Cuba.

Durante un juicio irregular, carente de garantías, según expertos, los declararon culpables y los sentenciaron en 2001 a largas penas en prisión.

Gerardo Hernández cumplía la sanción más severa: doble cadena perpetua más 15 años.

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