En la Plaza veinticuatro, son catorce y son cinco. Santa Cruz. Bolivia
13-09-2012
El título no es una clave aritmética. Sin embargo, nadie podría dudar que se trata de números que esta semana cobraron gran densidad histórica y humana en el oriente boliviano.
Un grupo de personas nos convocamos en la Plaza 24 de Septiembre, en el mismo corazón de la ciudad de Santa Cruz, para hacer memoria y protesta pública por los catorce años que llevan en prisión Gerardo, René, Antonio, Fernando y Ramón; cinco cubanos que lucharon contra el terrorismo en territorio norteamericano, y son víctimas de un sistema que pretende hacerles pagar cara la osadía de desenmascarar los crímenes del imperio.
Uno de los objetivos de la actividad fue colocar en la palestra pública el caso de los Cinco, e informar y alertar a la población cruceña desde ese centro neurálgico de la ciudad. En solidaridad con ellos y su causa hicieron uso de la palabra Patricia Tellería, dirigente gremial, Adriana Salvatierra, en representación de grupos de jóvenes militantes, Myriam Suárez, directora de la Casa de la Mujer, Guadalupe Pérez, de la Asociación de Residentes Cubanos, Saúl Avalos, concejal del municipio, y Alejandro Dausá, del Comité por la Libertad de los Cinco Héroes. Nos acompañaron vecinos, padres y madres de estudiantes de medicina, activistas sociales, amigos y amigas entrañables.
Contamos con la extraordinaria presencia de Lorgio Vaca, artista e intelectual de enorme valía y prestigio, que encabezó una breve caminata hasta las instalaciones del Correo Central, donde despachó una carta personal dirigida al presidente Obama, reclamándole por la libertad de los cinco prisioneros.
Lorgio se sumó así a la campaña de envío de tarjetas que iniciamos hace algunos meses en coordinación con otros muchos países, a fin de inundar la Casa Blanca con demandas de libertad desde todos los rincones del mundo, confiados en la fuerza de la gota, que, “con ser poco, con otra se hace aguacero”, tal y como cantaba el trovador uruguayo.
Pero hay además otro valor en la actividad mencionada, ya que algo así hubiera sido impensable hace apenas tres años atrás. Debemos mencionar que la plaza principal de Santa Cruz fue uno de los bastiones simbólicos de los grupos de poder locales, que llegaron incluso a prohibir el paso de personas que consideraban indeseables y a castigar físicamente a mujeres campesinas que osaban atravesarla. Eran los tiempos de auge del proyecto secesionista que pretendió dividir el país. La presencia de los Cinco en ese lugar, con su honda carga de coraje, ciertamente es un aporte para limpiarlo y purificarlo de malos recuerdos.
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