sábado, 13 de septiembre de 2014

Dieciséis años después

Este miércoles recorrieron una vez más los largos pasillos del Capitolio para visitar oficinas de congresistas, tanto demócratas como republicanos.

Dr. Rodolfo Dávalos
juventudrebelde

10 de Septiembre del 2014
Hace 11 años, por esta fecha, escribí un artículo titulado Cinco años después. Hoy me siento a escribir este con el mismo sentimiento de indignación y pensamientos que se entrecruzan; reviso notas, busco una explicación lógica y no la encuentro, jurídica menos aún. No podía imaginar siquiera entonces que hoy estaría escribiendo otra vez sobre los Cinco.

Como profesor de Derecho Internacional Privado por más de 30 años, acudí desde temprano al Derecho comparado como método de investigación y encontré en las fuentes del sistema jurídico de EE.UU. cierta tradición de respeto a la Constitución, y pasajes de figuras legendarias que pasaron por Cortes y estrados defendiendo la ley y la justicia. La doctrina y Hollywood los convirtieron en mitos. Aunque siempre estaba latente la base de una concepción jurídica que defiende un sistema político que responde a los intereses de la clase dominante.

Busco en ello la respuesta al caso de los Cinco y me pregunto: ¿Qué quedó de aquellas ideas de igualdad y justicia del Federalista1? ¿Qué se hicieron los esfuerzos de jueces y abogados que brillaron en la Cortes defendiendo la igualdad de los derechos civiles y el respeto a la dignidad humana?

Según datos de la propia doctrina jurídica estadounidense, en 1980 había cerca de 20 personas encarceladas por cada 100 000 habitantes. En 2010 el número era de 731. Hoy se supera esa cifra. Ningún otro país siquiera se acerca. La brutalidad y crueldad en las prisiones es un escándalo para sociólogos, profesores, instituciones y universidades. Según datos recientes cada día duermen 50 000 personas en celdas de confinamiento solitario («el Hueco», donde llevaron a los Cinco). Para tener una idea, un profesor estadounidense dijo a sus alumnos que es el número de fanáticos que caben sentados en el Yankee Stadium, con la diferencia de que en «el Hueco» pasan días y noches, encerrados en un espacio donde apenas pueden moverse, sin ver el Sol y privados de todo contacto humano. Es un castigo cruel e inhumano prohibido por la octava enmienda de la Constitución de EE.UU.

¿Dónde está el respeto a la evidencia? ¿Qué se hizo aquella máxima judicial que rezaba: «tu caso está en la evidencia, si no tienes evidencia no tienes caso»?

¿Y qué hay de la conducta de jueces y fiscales? En el caso de los Cinco, solo para contar algunas de las acciones que tipifican como mala conducta de la Fiscalía —que en Derecho debe dar lugar a la anulación del veredicto y las sentencias—, pueden señalarse: la manipulación de las evidencia; la insuficiente evidencia para tipificar los delitos imputados (especialmente Conspiración para cometer asesinato y para cometer espionaje); no publicación de la evidencia clave por el Gobierno (información satelital de la ubicación del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate); aplicación arbitraria de la Ley de Procedimiento de Información Clasificada (CIPA); las presiones a los testigos; el ambiente hostil y prejuiciado de la sede del juicio y las campañas de prensa contra los acusados pagadas por el Gobierno.

Estas fechorías no son nuevas. Hay una larga lista de casos de mala conducta del Fiscal como, por ejemplo, Brady contra Maryland, 373 EE.UU. 83 (1963) que marcó un hito en la Corte Suprema de Estados Unidos para casos en que la Fiscalía oculte alguna evidencia a la defensa del acusado.
¿Qué tenemos ante nosotros 16 años después del injusto encierro?

•Un Gobierno que se niega a reconocer la injusticia y se niega a resolver de un plumazo la libertad de nuestros hermanos.

•La Fiscalía (el Gobierno) oponiéndose reiteradamente a las mociones interpuestas en la apelación colateral o habeas corpus, recurso legal que queda en el llamado de justicia por la vía judicial.

•Tres patriotas aún en injusto encierro, cada día más firmes y dignos en su grandeza histórica que los distingue como de los mejores hijos de la Patria.

•Dos de los héroes ya en suelo patrio, luego de haber cumplido largas e injustas condenas, a quienes no les regalaron ni un día, y hoy dedicados por completo a la liberación de sus hermanos.

•Tres familias que sufren el encierro injusto de sus hijos, madres que no ven al hijo, esposas que duermen solas, hijos que crecen separados de sus padres, familiares que ven pasar los años con la esperanza de verles de regreso en el hogar.

•Un pueblo que resiste el acoso del Imperio con el criminal bloqueo que excede ya de 50 años, en el vano intento de ponerle de rodillas y hacerle renunciar a sus conquistas, independencia y derecho a ser dueño de su propio destino. Que no cesa en el reclamo del regreso de sus Héroes.

•Un movimiento de solidaridad creciente y cada vez más fuerte —al que no podrán callar y cuya voz se escucha en cualquier lugar del mundo— hace campaña de dignidad y no de política, con el esfuerzo de sus propios integrantes, y ahora celebra en La Habana un nuevo encuentro para reclamar que se ponga fin a la injusticia. ¡Soltarlos ya!

1 El Federalista, comúnmente llamado The Federalist Papers, es una serie de 85 ensayos escritos por Alexander Hamilton, John Jay y James Madison entre octubre de 1787 y mayo de 1788, publicados simultáneamente en varios periódicos del estado de Nueva York, en forma anónima, para invitar a los ciudadanos a ratificar la Constitución de Estados Unidos, que había sido redactada en Philadelphia durante el verano de 1787. El Federalista se ha utilizado para ayudar a interpretar las intenciones de quienes redactaron la Constitución.

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